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miércoles, 17 de noviembre de 2021

ARIAS BERNAL

Prostitutas de 1937.

jueves, 24 de junio de 2021

DIBUJOS DE C. PALMA

Entre 1910 y 1940 fue muy común que a los diseñadores se les denominaran "dibujantes". La revista quincenal Forma (1934-1937?)  le firma su trabajo a C. Palma, quien no publica un solo trazo. Sin embargo, aparece un cartón del caricaturista Morán. 


viernes, 9 de abril de 2021

GU3RNIK@

En su conferencia "Picasso y el Guernica", Fernando Castro Flórez recuerda que Antonio Saura despotricó contra esta pintura de 1937, que llegaría a destiempo al Pabellón de España en la Exposición Internacional de París. El "Guernica" (349.3 x 776.6 cm) lo detestaba el cineasta Luis Buñuel, al igual que José Bergamín y Rafael Alberti. También recuerda que los vascos no deseaban esta pintura y que algunos tenían la reproducción al revés, porque aparecía un Cristo. Imagen que no aparece.

miércoles, 6 de marzo de 2019

ACUERELOMONTAJES





































 En la segunda época de Frente a Frente (1936-1938), publicación de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), Mariano Paredes calificó en el número 12 así las obras de Isidoro Ocampo. Me imagino que por combinar acuarelas con pedazos impresos pero al leer el texto de Paredes señala que utiliza "temples" y una publicidad de Blacaman, el célebre domador italiano de animales

jueves, 12 de enero de 2017

MENDOZA, ESCENÓGRAFO

A mediados de 1937 diseñó los alucinantes telones para Rayando el sol, obra mexicanista montada por Roberto El Panzón Soto en Bellas Artes.

lunes, 25 de abril de 2016

BLACAMAN

Fakir e hipnotista nacido en 1902 en Italia, llegó en 1926 a Colombia donde sorprendió a los colombianos al dominar con su penetrante mirada a los leones. Quizá ahí comenzó a dominar a dentados cocodrilos. En 1937 estuvo en México y después fue a Hollywood.

domingo, 2 de febrero de 2014

PLAZA DE GARIBALDI

Sobre la calle peatonal de República de Honduras 13 esculturas de Carlos Espino conforman el Paseo de las luminaras de la música mexicana. Pedro Infante levantando el brazo. Al fondo el Museo del mezcal y del tequila y el Tenampa.
No es muy oportuno conocer a las diez de mañana la Plaza de Garibaldi. La mayoría de los establecimientos están cerrados y es posible ver escasos mariachis y a pocos turistas nacionales y extranjeros. Hay drogadictos haciendo desfiguros y alcohólicos tirados. Uno de ellos me recordó al poeta y dramaturgo francés Antonin Artaud, quien se escapó a estos lares en 1936 buscando afanosamente droga. A lo mejor la mítica tarahumara y el peyote los alucinó su doble desde aquí. Yo aluciné que en algún momento se topó con Mario Moreno Cantinflas, amo y señor de Garibaldi por esos días. Si alguna vez se vieron fue en el pestilente y concurrido salón Mayab, que debió estar por el actual sitio del Museo de Mezcal y Tequila, que estaba pegado al Teatro Garibaldi-Molino Verde. Al cuarentón Artaud no debió gustarle la popular actuación del exitoso y veinteañero cómico, a Mario el aspecto del francés pero debió divertirle sus desesperados gestos y su mal español. Ni una escultura a estos dos grandes del teatro mundial e hispanoamericano y del cine , entre "estatuas al tamaño" de músicos, intérpretes y compositores.
Juan Gabriel y atrás Guadalajara de Noche
El macro-cefálico José Alfredo Jiménez 
Quizá la primera película que registra el ambiente de la plaza, aunque fugazmente, sea La mancha de sangre (1937), del pintor, documentalista y cineasta Adolfo Best Maugard.Nunca he entrado al Salón Tenampa ni he visto las pinturas que adornan este sitio, que comenzó vendiendo ponche de granada con "piquete" (alcohol).No recuerdo en qué película se ve el interior de este establecimiento o a lo mejor es una invención del set. En otras cintas hay tomas que captan su fachada, como alguna de Pedro Infante. Hoy su portal es muy adecentado.
Según la propaganda "desde 1925"

miércoles, 4 de diciembre de 2013

ANGUIANO Y GÓMEZ JARAMILLO

Mixta / papel, 12 x 17 centímetros, 4 de diciembre de 2013.
En el lado oriente del vestíbulo del Centro Escolar Revolución se encuentran tres murales. En la Guía de murales del Centro Histórico de la Ciudad de México (Universidada Iberoamericana, 1985), se establece que el del centro es de Raúl Anguiano y los de los costados del pintor colombiano Ignacio Gómez Jaramillo. El de Anguiano (1915-2006) se titula "Represión porfirista" (1937) y los de Gómez Jaramillo (1910-1970) "Dictadura" (1936) y "Represión" (1937). Según la Wikipedia en 1936 estuvo en México gracias a una beca del gobierno de Colombia aunque no cita ambas obras del Centro Escolar Revolución. A su regreso pintó "dos murales en el Capitolio Nacional. Los tres resultaron ser no aptos para el Capitolio y fueron cubiertos con cal, hasta ser descubiertos y restaurados por estudiantes de la Universidad Nacional en 1959"

viernes, 30 de agosto de 2013

GALERÍA GRUA

En agosto de 1937 abrió esta galeria, auspiciada por represores funcionarios cardenistas, en el número 6 de Corpus Christi, esquina avenida Juárez, frente al costado sur de la Alameda central de la Ciudad de México. También publicaron una revista con ese nombre, me comenta Martha Patricia Montero, quien publicó esas imágenes y otras imágenes en su texto "Cuatro instantes con Margarita Michelena"


miércoles, 8 de mayo de 2013

CHIMENEAS

Esta novela de Gustavo Ortiz Hernán fue publicada en 1937 por el gobierno de Lázaro Cárdenas. En sus más de doscientas páginas se intercalan fotografías del archivo Casasola, Enrique Gutmann y Agustín Jiménez (más la de  Gerónimo Hernández, en ese entonces no acreditada), así como numerosos dibujos que corren a cargo del caricaturista Salvador Pruneda. También caricaturizó a Charles Chaplin.

Entre tantos créditos, la novela no ofrece la del diseñador de la espléndida portada (quizá sea del formador Ignacio Eduardo Rodríguez).  




"Un coche modelo antiguo tiene tanto de rico arruinado, como  de meretriz envejecida", texto de la página 161. Ilustración de la 169.

sábado, 28 de abril de 2012

LA MANCHA DE SANGRE (1937)


Ayer volví a ver una vez más la mítica película La mancha de sangre (1937), de Adolfo Best Maugard. La última vez que la vi fue principios del mes pasado, cuando me di cuenta que después de la primera escena donde una joven cabaretera se levanta la falda para enseñarle el moretón en su muslo a cuatro jóvenes, aparece un siniestro integrante de la "reservada",  como entonces se le llamaba a los actuales agentes ministeriales.

Pero ayer me sorprendí por partida doble. Primero porque La mancha de sangre se puede disfrutar en YouTube desde septiembre del año pasado, gracias a que subió el video Periodismo Gonzo. Me preguntó si fue el mismo J. M. Servín (a quién conocí hace doce años, incluso me regaló su novela Pelea de perros) el que hizo esa proeza o algunos de sus gonzo colaboradores.[1]


También me sorprendí ver mi texto "Best Maugard" [2] como referencia en la entrada "La mancha de sangre" en la popular y siempre consultable Wikipedia. 

 N O T A
1.- Véanse mis textos “Cine en línea”, blog Mirada a los medios, jueves 2 de febrero de 2012, http://moralex-cine.blogspot.mx/2012/02/cine-en-linea.html, y “La mancha de sangre (1937) en YouTube", mismo blog, viernes 27 de abril de 2012, http://moralex-cine.blogspot.mx/2012/04/la-mancha-de-sangre-1937.html
2.- Blog Bitácora, miércoles 7 de abril de 2010, http://miguelangelmoralex-bitacora.blogspot.mx/2010/04/best-maugard.html

martes, 14 de febrero de 2012

ALICIA IBARRA


A pesar de que el negativo de Adrián Devars indica que la imagen es de 1937, El Güero Téllez la recordó en un reportaje publicado en 1945. Era una cabaretera que fue encontrada mes y media después de ser asesinada. Un redactor
escribió en una de las dos imágenes publicadas:


Miles y miles de larvas, haciendo macabro festín, pululaban por el cadáver de la que en vida fuera una hermosa mujer.

miércoles, 7 de abril de 2010

BEST MAUGARD


El pintor antivanguardista, creador de un oficial método de dibujo, funcionario público, documentalista gubernamental e inventor de un aparato cinematográfico, Afolfo Best Maugard filmó con problemas económicos La mancha de sangre (1937), que refiere la melodramática aventura sentimental y sexual de la fichera Camelia (Stella Inda [1]), explotada por su robusto padrote alemán Gastón (Heriberto G. Batemberg), pero que insólitamente se enamora de un joven hambriento y desempleado (José Casal). La película fue prohibida durante el cardenismo por lo que se exhibió hasta el siguiente sexenio, en 1943, en el cine Politeama aparentemente mutilada. 

Posteriormente desapareció La mancha de sangre y hasta se dio por perdida. Una copia de la cinta fue rescatada y restaurada por la Filmoteca de la UNAM que la exhibió en 1994. Quizá esta versión corresponda a la proyectada en 1943 y no la versión original de Best Maugard, ya que el erotómano novelista Salvador Elizondo recordó escenas "donde hombres y mujeres bailaban desnudos cheek to cheek, donde hombres con mujeres esbozaban en la penumbra, sobre bruñidas cama de latón, tenaces y provocativas calistenias".

Vi la versión restaurada la mañana del 4 de septiembre de 1997 en una sesión privada en la Filmoteca, cuando el total de sus instalaciones estaban en San Ildefonso. De inmediato me llamaron la atención esos murales que aparecían en el cabaret "La mancha de sangre". En los primeros minutos aparece una mujer desnuda plasmada en un muro.

Minutos después se alcanza a ver el fragmento de un globo terráqueo:
Hay otro más que aparece. Este mural es el que asoma casi complento en la película cuando se pasea el fellinesco hampón Emilio, pero fragmentariamente en un still o escena que no se ve en le versión restaurada por la UNAM, donde voltea el rostro Stella Inda y una niña ve a una fichera sentada. El estilo es el mismo, sobre todo en la forma de pintar las negras botas femeninas y la manera tan infantil de representar el pasto con cuatro o cinco pequeñas líneas verticales. 

Al realizar un análisis para Dicine (julio-agosto de 1995, [2]), Arturo Garmendia comentó las cualidades escenográficas del pintor. Para él, la reproducción del cabaret era de un riguroso realismo.

En esto y en la decoración mural, de trazos ondulantes y sensuales, se advierten las dotes plásticas de Best Maugard, quien también hizo carrera dentro de la Escuela Mexicana de Pintura.

Hace algunos días, al buscar información sobre esas obras, encontré un texto de la investigadora Eliza Lozano, donde en breves líneas aborda esos "murales". 
 
La filmación se llevó a cabo “en el interior de un cabaretucho de mala sombra, tal y como lo requería el argumento” decorado por el propio Best “con unas pinturas muy interesantes” [3]. Efectivamente, se trata de murales que representan hombres y mujeres en actitudes gozosas, jardines; mientras que la pared de la habitación del hampón, está adornada con volutas hojas,
que en algo recuerdan los motivos del célebre método de dibujo publicado por el mismo Best Maugard, con ilustraciones de Miguel Covarrubias.

Otras locaciones se hicieron en las calles de la ciudad de México, mismas que en ambiente nocturno se ven al inicio de la cinta adornadas con letreros de “publicidad luminosa” que denotan la modernidad de una ciudad cosmopolita. [4]

¿Dónde realizó Best Maugard las filmaciones cabaretiles de La mancha de sangre? ¿en un cabaret de set o en uno real? Elisa Lozano me comenta que fue en uno real. Yo también creo que ese cabaret es auténtico [5] pero dudo que esos murales que aparecen en La mancha de sangre -evidentemente superpuestos- sean de Best Maugard. 
 
N O T A S 
1.- http://miguelangelmoralex-bitacora.blogspot.com/2010/02/stella-inda.html
3.- Elisa me acota que estas palabras entrecomilladas pertenecen a Stella Inda, en su testimonio para Cuadernos de la Cineteca. Efectivamente ese testimonio apareció en el número 3 de Cuadernos de la Cineteca Nacional.
4.-“A los pintores les gusta el cine (II)”. En: http://www.correcamara.com.mx/index.php?mod=noticias_detalle&id=1317
5.- Para una relación de cabarets durante 1937 véase mi texto aparecido en el suplemento sábado, del periódico unomásuno.

jueves, 20 de noviembre de 2008

LOWRY EN OAXACA (2)

De diciembre de 1937 a febrero de 1938, abandonado por su esposa Jan, estuvo en la ciudad de Oaxaca y se hospedó en Hotel Francia (donde estuvo D. H. Lawrence) y conoció a Juan Fernández Márquez, un zapoteca de 1.90 de estatura, ex farmacéutico, políglota y borracho, quien aparece con diferentes nombres en Bajo el volcán y en el cuento “Jardín de Etla” (1950).

En las cantinas oaxaqueñas probó el mezcal (que confundió con la mezcalina), visitó la cantina Covadonga y el mítico bar El Farolito (en honor de la cursi canción de Agustín Lara, famosa por esos años) y estuvo confinado en la cárcel entre Navidad y Año Nuevo de 1938.

Oaxaca aparece con su nombre unas diez veces y en otras se le identifica como Parián. Lowry señala que en esta ciudad fue el traumático divorcio entre el cónsul e Ivonne. Erró, como señala atinadamente el traductor Raúl Ortiz y Ortiz, al decir que en la vieja Antequera se respiraba un "fragante aire maya".

A lo largo de la novela aparecen distintos poblados oaxaqueños (entre ellos Cuicatlán, Valle
Nacional, Salina Cruz, Tehuantepec). Este último supuestamente es el “sitio ideal en el que las mujeres hacen el trabajo mientras los hombres de bañan todo el día”. No menciona a Ocotlán de Morelos más próximo que el poblado istmeño.


En un viaje en 2010 a los poblados oaxaqueños donde estuvo el escritor inglés, Alberto Rebollo, miembro de la Fundación Malcolm Lowry, con sede en la ciudad de Cuernavaca, escribió un texto, que inicia: 

Similar a lo que sucede con la ciudad de Cuernavaca, la Oaxaca de hoy no se asemeja mucho a la Oaxaca que conoció Malcolm Lowry; el hotel Francia ahora es un hotel de tres estrellas, la ciudad está congestionada por el tráfico de automóviles, la cantina El Farolito (ubicada en la esquina de la avenida Independencia y Mier y Terán) es ahora una Farmacia del Dr. Simi, etcétera. Sin embargo, la Basílica de la Soledad, con su maravillosa virgen piadosa, algunas hermosas calles del centro histórico, el asombroso convento de Santo Domingo y los increíbles templos de Monte Albán, siguen tan o más radiantes que cuando Lowry los visitó por primera vez a finales de 1937, cuando estuvo en la ciudad de Juárez en su primera escapada suicida para conocer el famoso mezcal de Oaxaca, luego de haberse se-parado de su esposa, la bellísima estadunidense Jan Gabrial. También es cierto que la ciudad y el estado en general siguen poseyendo un tremendo velo mágico que pende sobre sus montañas; desde que uno se empieza a adentrar en sus fantásticas serranías, comienza a darse cuenta de por qué los zapotecas, con su sabiduría ancestral, eligieron este lugar para construir sus ciudades más importantes; difícilmente existe una ciudadela en el mundo más hermosa que la de Monte Albán, donde el paisaje natural y las construcciones humanas tengan una correlación tan estrecha y tan inspiradora. Pero lo que más cautivaría el día de hoy a un viajero del siglo xxi que bus-cara las huellas de Lowry en Oaxaca, serían los pueblos que Lowry visitó en su infausta estadía en Oaxaca: Cuicatlán, Tomellín, (Tomalín en Bajo el volcán1) Nochixtlán y, por supuesto, el mítico Parián...[1]

Serie completa sobre el escritor inglés:

Lowry en Oaxaca (2)
N O T A
1.- "Tras las huelas de Lowry en Oaxaca", suplemento La Jornada Semanal, diario La Jornada, domingo 2 de enero de 2011, http://www.jornada.unam.mx/2011/01/02/sem-alberto.html