Este día fui a la colonia Roma para ir por el número 40 de Alquimia (INAH: SINAFO, 2010), recién salida de la Imprenta y Encuadernadora Progreso S. A., donde colaboro con el artículo "Los casos de [Francisco] Lavillette y Berriozábal" [1]. En esta entrega, dedicada a "Falsos, apropiaciones y otras tergiversaciones", donde aparecen fotos "piratas" de Tina Modotti y a Erward Weston, hay imágenes interesantes para este blog, ya que grabadores europeos se inspiraron en fotografías para recrear fielmente las ruinas y personajes de México. El editor José Antonio Rodríguez, con 14 años al frente de esta revista estudiosa de fotografía histórica, nos debe un número completo sobre las relaciones entre fotografía y sus versiones en metal. 1860 (ca.). Fotos del francés Julio Michaud. 1870. Versión de grabador. Estampó su firma ilegible del lado derecho. 1860. Uxmal. Fotografía de Désiré Charnay y grabado anónimo. Doble click para leer más información.
A partir de fines del siglo XVIII pintores, inventores, empresarios, decoradores e iluminadores se interesaron por construir espectáculos multidisciplinarios que sorprendieran a los espectadores. Fue necesaria esta interrelación porque, como explica el Diccionario Larousse de la Pintura (Barcelona: Planeta-Agostini, 1987) al definir los panoramas, exigía profundos conocimientos de "perspectiva y de perspectiva engañosa", además de poner en práctica "un complejo mecanismo de juegos de luz, puesto que este tipo de pintura iba sobre un lienzo pintado por ambos lados".
Correspondió al irlandés Robert Barker (1739-1806) iniciar esta moda, al diseñar y construir su Panorama (1788, imágenes de arriba y abajo), en la cual había una pintura circular que registraba minuciosamente la ciudad escocesa de Edimburgo, tal y como se veía desde su torreón. Pere Freixa i Font [1] comenta que en 1791 Barker patentó sus sistema titulado La nature a coup d’oeil, for the purpose of display views of nature at large, by oil-painting, fresco, water-colours, crayons, or any other mode of painting or drawning.
La tela pintada se metía en un cilindro de unos 14 metros de diámetro, que al girar se podía ver el panorama de Edimburgo. Barker estaba tan obsesionado con su obra que en 1792 hizo una versión pequeña en acuarela. Cuando su patente terminó en 1801 comenzaron a proliferar los panoramas tanto en Europa como en Estados Unidos.
El pintor francés Pierre Prévost [2] popularizó los panoramas en Europa. Uno de sus ayudantes, el joven pintor paisajista Louis-Jacques Mandé Daguerre (1787-1851), futuro inventor del daguerrotipo, se interesó en el espectáculo. Daguerre y Charles Marie Bouton instalaron en la calle Samson de París una derivación del panorama al que llamaron Diorama, que explotaron de julio de 1822 a 1849. Trasladado al boulevard de Bonne Nouvelle, a raíz de un incendio en 1839, es finalmente arrasado y consumido por el fuego. El espectador veía, a través de juegos de iluminación y sonoros, escenas pintadas sobre telas, de 13.8 x 21.5 metros.
Daguerre pintó cuando menos veinte telones para su diorama,entre los que se encuentra “La misa de gallo en Saint Etienne du Mont” [3]
Al igual que los panoramas, supongo que variantes de los dioramas proliferaron.En 1823 se exhibió en Londres el Zócalo mexicano sin sus famosos volcanes, como lo atestigua el siguiente dibujo. El diorama arribó a la ciudad de México en 1843. El 4 de octubre de ese año Francisco Milán de la Roca solicitó al Ayuntamiento instalar uno frente a Palacio Nacional, en el número 4 del Portal de Mercaderes. Ofreció dos funciones diarias. En abril del año siguiente Pablo Thomas alquiló el atiborrado local para proyectar vistas “de diorama y panorama”. Manuel Romero de Terreros recordaría que el tal panorama
es una gran sala cilíndrica, en las paredes interiores de la cual se pintaban o pegaban lienzos en perspectiva o paisajes, a colores [4]
Alexander von Humboldt (1769-1859), el científico y naturalista alemán, tuvo conocimiento tanto del panorama “de Parker” (sic, por Barker) como de los dioramas de Prévost y de Daguerre. Como buen naturalista, se quejaba en 1851 de que ambos espectáculos no captaran el paisaje y sólo reprodujeran “ciudades y lugares habitados”. Propuso pintar paisajes de los Himalaya o de los ríos sudamericanos, pero que antes fueran cotejados con las imágenes que proporcionaban los daguerrotipos. Meses antes de que aparecieran impresas las elucubraciones y proposiciones de Humboldt, se podían realizar panoramas fotográficos como el siguiente del Mont Blanc.
Era conocido que la alta, oji-verde y polémica Guadalupe Marín (1895-1982), en diversas etapas de su vida, fue modelo del fotógrafo Edward Weston, del muralista Diego Rivera, de Frida Kahlo y del pintor Juan Soriano, pero se desconocía que hubiera posado para el fotógrafo francésHenri Cartier-Bresson. Originaria de Jalisco, se casó en 1922 con el polémico Diego Rivera, con quien procreó dos hijas, Guadalupe y Ruth. Weston la retrató en 1924 al momento de gritar. Sobresale de su perfil su cabello corto que siempre la caracterizó. En 1925 Diego la utilizó como modelo para "La tierra fecunda con las fuerzas naturales controladas por el hombre", fresco principal de la capilla de la entonces Escuela Nacional de Agricultura, hoy Universidad Autónoma de Chapingo, situada en el Estado de México. La plasmó recostada, levantando la mano izquierda y, como rasgo extraño, la pintó de largos cabellos. Sus pleitos con Diego, más sus amores con Tina Modotti y un viaje a la URSS, fueron el pretexto para que en 1927 ambos decidieran separarse.
En 1929 casó con el poeta Jorge Cuesta desatando una serie de rumores que aludían a un muralista cornudo. Incluso el escritor Salvador Novo difundió su poemario La Diegada, versos satíricos erróneamente fechados en 1926. El matrimonio procreó a Antonio Cuesta Marín, nacido en 1930, y tras el parto ella sufrió trastornos hormonales que la postraron ante el menor desinterés del escritor, quien sostenía amoríos. En 1932 posa para Frida, la ahora esposa de Diego, quien la pinta con un pequeña cabeza en relación con su corpulento cuerpo y sus grandes manos, las que después estilizará Soriano. Su rostro trasluce una enorme angustia. Para 1934 cambia el ánimo de Guadalupe Marín. Este año se divorcia del literato y aparece en una fotografía muy sonriente al lado de Frida. Entre finales de ese año y a principio de 1935 posó desnuda, según José Antonio Rodríguez, para el veinteañero Cartier-Bresson. La sesión fue sin duda en la azotea del estudio que compartían el oaxaqueño Andrés Henestrosa, el poeta afro-norteamericano Langston Hughes y el dibujante y grabador Ignacio Aguirre en la calle República de Ecuador, por el rumbo del mercado de muebles de La Lagunilla. Habría que pensar cuál fue el motivo para retratarla en esa posición. Si ella lo propuso con el fin de no mostrar su rostro o al fotógrafo le interesó constatar su enorme trasero porque no le importaba captar su efigie.
En los primeros días de 1938 Guadalupe Rivera dio a conocer su novela La única, velada autobiografía donde narra su infernal matrimonio con Cuesta. Ella le solicitó un años antes a Diego realizar la portada, quien dibujó a una Judith bicéfala (la autora y quizá su hermana) quien sostiene la cabeza del poeta. En las primeras páginas también hay una reproducción de la autora. En esta escandalosa novela consigna los amores incestuosos e infidelidades de Cuesta para magnificar su pesadilla matrimonial y su depresión post parto. En relación al estudio de la calle de Ecuador, olvidó decir su asistencia, su enigmática pose y un misterioso viaje a Cuba, Nueva York y Francia, financiado por Diego Rivera, entre 1935 y 1937. ¿A qué fue a París? Ella siempre tuvo un gran afecto por Cartier-Bresson, salvo en los últimos años de su vida.