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sábado, 11 de agosto de 2018

SOTO PINTOR

Es un misterio dónde caracterizó el actor cómico Roberto El Panzón Soto a un pintor, presumiblemente Diego Rivera, el más polémico de 1925.

viernes, 15 de diciembre de 2017

CARDELLA

Orgulloso chintololo y errático astrólogo, era más conocido por su larga cabellera que por sus acertos. Presumía que fue horoscopista en Estados Unidos, donde las girls, estaban interesadas en futuras fortunas de novios y empresarios lo consultaban sobre sus negocios. De vuelta a la ciudad de México sorprendió con un invento para sacar agua y un anuncio:  "Marte [el planeta no el equipo de fútbol] surtirá del líquido a la Tierra".
En 1925 fue atropellado muriendo a los pocos días del accidente. "Un tranvía lo destrozó, burlándose de sus amuletos contra la muerte", escribió socarrón Máximo Bretal.

martes, 28 de enero de 2014

1925-2014

Ilustrador anónimo, El Universal Ilustrado, 1925.
Acuarela y tinta / papel, 8 de noviembre de 2011

sábado, 6 de abril de 2013

NACHO ROSAS

Hace veintidós años escribí sobre el estudio del pintor veracruzano Nacho Rosas (1880-1950), donde entre 1919 y 1925 se reunieron en noches de bohemia el compositor Agustín Lara, la prima ballerina Anna Pavlova, las hermosas bailarina Pérez, el poeta José Juan Tablada, el bromista millonario Carlos Balmori (en realidad Conchita Jurado), el compositor Tata Nacho, el diestro Rodolfo Gaona y el periodista Renato Leduc. También llegaban políticos de la época, borrachos, bataclanas y damas de cascos ligeros. Leduc llamó  a ese reducto "Olimpo de las Venus burdeleras"
Ayer me encontré de nuevo con el estudio de Rosas. En una entrevista periodística lamenta que en ese año viva en un cuarto redondo y no en amplias habitaciones de una azotea como antaño. El periodista lo encontró borrando una efigie de Washignton por una rosas blancas. Evoca que a su estudio asistieron María Conesa, la Pavlova y la Maslova, el guitarrista español Andrés Segovia, Lupe Vélez y Delia Magaña. El  excompañero de Diego Rivera, entre 1903 y 1904, se define a sí mismo calvo, sin dientes, con lentes y, para colmo, sin empleo. Dice que Alfredo Ramos Martínez lo renunció (quizá a la Academia de San Carlos). En las paredes hay telas con desnudos y pinturas invernales de cuando residió en París, ciudad donde conoció los ballets rusos. "Los pintores vivíamos mejor antes. Ya le he dicho que mi estudio era un animado centro de reunión". Invita al reportero a volver a su actual estudio donde "todavía es sitio de alegría"

lunes, 19 de noviembre de 2012

TELONES EN LA VILLA Y XOCHIMILCO

Los miembros de la Unión de Fotógrafos de Cinco Minutos de Instantáneas del DF comenzaron a tomar fotografías en 1917 en el atrio de la basílica de La Villa. En 1926, a decir del  grabador Gabriel Fernández Ledezma, los propios fotógrafos pintaban sus telones. 
En la décadas posteriores se podían ver los siguientes telones:


El avión de la Compañía de Mexicana de Aviación S. A., sobrevolando la basílica, recuerda el telón con el Spirit of St. Louis, instalado en Xochimilco en 1927, tensado con estacas. Quien asoma por la ventanilla de su afamado monoplano pintado es el mismo piloto gigantón Charles A. Lindbergh (1902-1974) quien visitó la ciudad de México ese año, después de que en mayo había cruzado en 33 horas el océano Atlántico, de Nueva York a París.

sábado, 7 de julio de 2012

EMULSIÓN DE SCOTT

Anuncio, 1920
Dibujo publicitario del norteamericano aceite de hígado de bacalo, en una campaña publicitaria en revistas de mediados 1920. 

Me imagino que por esos años fue pintado en un enorme muro del centro de la ciudad de México y en otro del entonces pueblo de Azcapotzalco, como quedó registrado en uno de los cuatro murales de "Paisaje de Azcapotzalco" (1925), de Juan O'Gorman.

El auotr tuvo un detalle gracioso al destinar la emulsión "para los románticos". A la izquierda plasmó la pulquería "El recreo de las musas nuevas", curiosamente sin ningún adorno pictórico en su fachada.

sábado, 7 de enero de 2012

EL ACCIDENTE DE FRIDA EN 1925

En 1925, en la ciudad de México, fue el año del revolucionario espectáculo teatral BaTaClán (donde francesitas y después las copionas mexicanas comenzaron a semi-desnudarse) y del accidente que sufrió Frida Kahlo. 
Pasadas las 7 de la noche del jueves 17 de septiembre de ese año el tranvía en el cual viajaba la joven, de 18 años, fue embestido por un camión. Al año siguiente hizo un dibujo, a la manera de los ex votos, rememorando ese accidente.


Plasmó en la parte superior al camión segundos antes de su choque con el semivacío tranvía. En la parte inferior, del lado izquierdo se ve la esquina de un edificio que semeja un mercado. También está su rostro y se dibujó sobre una camilla perteneciente a la Cruz Roja, con la pierna izquierda enyesada al igual que su brazo.
Entrevistada por Raquel Tibol la misma Frida Kahlo le comentó equivocadamente que el accidente fue frente al mercado San Juan. Hayden Herrera transcribe esa entrevista en su Frida: una biografía de Frida Kahlo (Diana, 1985), pero cambió el nombre del mercado por el de San Lucas, el cual erróneamente ubica en Cuauhtemótzin (actual Fray Servando Teresa de Mier) y 5 de Febrero. El "camionazo" fue efectivamente frente al desaparecido mercado San Lucas y no en el de San Juan. Este mercado, que aún se encuentra en la acera norte de Arcos de Belem, casi esquina de Eje Central y frente a la Fuente de Arcos de Belén, y el de San Juan Ernesto Pugibet están ubicados a más de un kilómetro, hacia el poniente, de donde fue el choque.

En este retablo contemporáneo (posiblemente de Alfredo Vilchis o alguno de sus dos hijos), encargado supuestamente por los papás de Frida, el fotógrafo y cineasta Guillermo Kahlo [1] y su segunda esposa Matilde Calderón de Kahlo, se advierte que un tranvía está próximo a estamparse contra camión en una curva, siguiendo el esquema de Frida. El retablero escribe que el accidente fue 1925 en la esquina de “Cuauhtemozin [sic] y Calzada de Tlalpan”. Esta intersección jamás existió como tampoco la imaginada por Hayden Herrera.

El tan citado accidente fue en el cruce de Cuahutemotzín (ya para entonces con varias casas de prostitución hacia al poniente) y calzada San Antonio Abad, a unos cuantos pasos del hoy desaparecido mercado San Lucas. 

N O T A


viernes, 12 de noviembre de 2010

Y. VALENCIA


Esta tranquila acuarela me la envió Ángel Martín Guinot el sábado 6. Se trata de una obra de 20 x 28 centímetros y que se encuentra en la ciudad de Cuernavaca, en el estado de Morelos. Me imagino que el acuarelista la pintó en la primera mitad de 1925 ó en los últimos días de ese año. Plasmó quizá un canal de Santa Anita o uno de los lejanos rinconces de Xochimilco. Está firmada como "Y. Valencia". No "Yörik", ni en 1928 como escribió Hermann Bellinghausen [1]. Simplemente "Y.". La acuarela es de Severo Amador en tiempos del presidente Plutarco Elías Calles, cuando el teatro de revista en la ciudad de México, al que frecuentó Severo Amador en 1911, sufre una revolución en los escenarios. Francesitas comienzan a desnudarse ante la algarabía masculina y después las siguen las mexicanas. Ignoro si Amador asistió al frenético, tumultuoso y sensual Ba-Ta-Clán. Ya que en la segunda mitad este bataclanesco año el gran grabador sufre un severo trastorno mental. Su familia lo traslada al entonces municipio de Mixcoac para encerrarlo en el Manicomio General de La Castañeda. Ahí las autoridades "médicas" lo despojan de su identidad y lo numeran con los dígitos 9999. De que ya tiene desdoblamientos de identidad lo confirma la firma de la acuarela: "Y. Valencia".

N O T A
1.- “Trabajos perdidos”, diario La Jornada, lunes 13 de junio de 2005. Accesible en http://www.jornada.unam.mx/2005/06/13/a09a1cul.php

sábado, 4 de julio de 2009

SEVERO AMADOR

Severo Amador, según me informa su sobrino nieto Pedro José Luis López-Monroy, fue hijo del prolífico matrimonio formado por Josefa Sandoval y Elías Amador Garay (1848-1917, imagen de a lado), eminente político jacobino, escritor anticatólico y protestante, historiador, masón y funcionario zacatecano. Nació en Villa Cos, estado de Zacatecas, en 1879. Severo heredó la vena literaria de su padre pero se interesó por la pintura. Becado por el gobierno de su estado -seguramente bajo la influencia de su padre-, cursó a finales del siglo XIX su carrera de pintor en la Escuela Nacional de Bellas Artes de la ciudad de México. Su trayectoria artística quedó bajo una estela de misterio, sobre todo porque existen versiones de que destruyó sus pinturas y grabados en unos de sus accesos de locura o que un incendio las redujo a cenizas.


El jueves 2 ó viernes 3 encontré, en forma inesperada, un video italiano sobre una pintura suya. Con gran habilidad comercial, el video de 22 segundos muestra la parte frontal de uno de sus óleos sobre madera, luego se ve la parte posterior y finalmente su firma, acompañada de la fecha 1919 [1]. Es la primera vez que admiro una pintura a colores de Amador. He visto sus acuarelas publicitarias, una excepcional litografía, los dibujos de un poemario y la reproducción en publicaciones periódicas de sus pinturas, paisajes, retratos y obra macabra, que espantan a muchas personas, comenzando con sus familiares.

La pintura (lamentablemente no incluyen las medidas) capta una asoleada y torcida callejuela sin duda de algún poblado de su natal Zacatecas. La pincelada es vigorosa y en algunas partes se observa el trabajo de la espátula. El cielo es de un azul intenso. Me gusta su manera de representar las construcciones viejas y rústicas, con sus ladrillos al descubierto. Como todo bohemio siente una clara predilección por las escenas humildes pero desoladas. Hoy es insólita esa escena porque habría grafitis, anuncios publicitarios y multitud de personas. ¿Cómo llegó esta pintura de Severo a ese bazar de antigüedades? Misterio de los coleccionistas.
La firma de Severo Amador es idéntica a que realizaba con plumilla. De la composición lo único que encuentro raro es ese farol que cuelga de la nada, ni de la construcción de la izquierda ni del edificio de derecha. Es como si se hubiese auto-retratado en esa farola que, a pesar del inclemente sol, no le corresponde ningún rayo. Esta obra, sin duda, formó parte de su única exposición en vida: la de marzo de 1920 en el Círculo Zacatecano de México. 

A la crítica de ese año le molestó los colores chillantes de sus paisajes y que hubiese utilizado sus minuciosos grabados como temas de sus pinturas, sobre todo en "La polilla" y "La Tigresa". Y tenían razón. Si en realidad "La Tigresa" la grabó en 1915 es de lamentarse que no haya incursionado más en el grabado. Irregular dibujante, paisajista convencional, obvio portadista, retratista chabacano y simbolista de última hora, es admirable cómo capta a esa insaciable hembra (por aquellos años se les denominaba "Tigresas"). Sin duda, Amador utilizó una fotografía para realizar el sinuoso cuerpo de la mujer adormecida con todo detalle. Me sorprende que en 1915, mientras la ciudad de México sufría de una histórica y recordada hambruna, tuviera fuerzas para realizar esta excepcional litografía de una voluptuosidad sorprendente.
Extraviado en sus proyectos literarios, su alcoholismo acrecentó y adelantó sus padecimientos mentales que detonaron en 1925. Con el número 9999 pasó tres temporadas en el hacinado y relajado Manicomo General de La Castañeda [2]. Según Hermann Bellinhausen fue premiado con la sifilítis (la clásica enfermedad de los escritores europeos), creía ser Yörik, el conde Taka Makala o él mismo. Confundía a su esposa con una mecenas alemana [3]. Seguramente a partir de 1930 fue obligado a realizar los ejercicios gimnásticos colectivos o las terapias artesanales para alcanzar su rehabilitación [4].
Sobreviven dos paisajes, pintados a la acuarela y fechados en 1931, durante los últimos días de su estancia en el célebre hospital psiquiátrico, uno firmado como "Pila Makalla" y el otro como "Pila Makalla-S.A.". Fue una lástima que no se haya inspirado en la gran promiscuidad que existía entre médicos lujuriosos, ninfómanas perturbadas y enfermeras complacientes. Falleció cuando sus voluptuosas Salomés ya habían sido rebasadas por otras diosas más carnales y cuando sus desvaríos simbolistas estaban confinados al despreciado porfiriato. Después de su muerte, el nuevo director Francisco Ortiz Rubio, hermano del presidente Pascual, el célebre Nopalito, establece un casino clandestino (para desplumar a visitantes y ocupar a sus "enfermeras guapas"). Supuestamente su archivo, su intercambio epistolar con escritores y pintores, sus diarios y su expediente clínico fueron consumidos por el fuego [5]. Por fortuna sobrevivieron algunos de sus dibujos, como ese "Ecce Homo Poetan", donde se identifica con el crucificado pato y con esa solitaria pluma que irremediablemente cae al suelo.
N O T A S
1.-http://video.libero.it/app/play?id=0aa7e3c311df3547447d38aa717c6976
2.- Miguel Ángel Morales, "Aquel extraño Severo Amador", suplemento Dominical, diario La crónica de hoy, domingo 15 de marzo de 1998.
3.- “Encuentro con Severo”, diario La Jornada, lunes 30 de mayo de 2005. En: http://www.jornada.unam.mx/2005/05/30/a10a1cul.php
4.- http://psiquifotos.blogspot.com/2009/02/43-gimnastas-y-artistas-de-la-castaneda_16.html
5.- Hermann Bellinhausem, “Trabajos perdidos”, diario La Jornada, lunes 13 de junio de 2005. En:http://www.jornada.unam.mx/2005/06/13/a09a1cul.php
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POST SCRIPTUM
El lunes 6 de julio encuentro más imágenes de Severo en internet. La Casa Louis C. Morton sube tres acuarelas (desgraciadamente muy pequeñas), incluida el “Niño con jorongo rojo” (acuarela / papel, 38 x 26 cm.) [1]:
En el blog “Los Ancestros” [2], dedicado al artista zacatecano y publicado por un familiar, da a conocer cuatro grabados. Aquí “La envidia”, que me parece el más interesante:
La página electrónica del Museo de la Ciudad de León [3] reproduce su “Paisaje con Popocatépetl” (acuarela/ papel, 11.5 x 36 cms.)
Estos encuentros confirman que Severo Amador fue un sobresaliente grabador.


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N O T A S