LA VIRGEN DE LA SOLEDAD
El grabador García (tal vez oaxaqueño) comenzó por el marco la placa de la imagen de la virgen de la Soledad. Siguió con la parte de abajo del vestido y luego hizo las manos pero pronto se dio cuenta que, por errores de cálculo, no le alcazaban ni la cabeza ni su corona. Tuvo que reclinar forzadamente su cabeza.
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