sábado, 31 de octubre de 2009

PROHIBEN EL DIA DE MUERTOS

En 1766 la sala del crimen de la Real Audiencia prohibió la asistencia a los cementerios de la ciudad de México los 1 de octubre y recordó que no estaba permitido vender bebidas embriagantes después de las nueve de la noche. La disposición, como dice Juan Pedro Viqueira Albán en ¿Relajados o reprimidos? (FCE, 1995), fue acatada aparentemente sólo en los cementerios de la ciudad porque en los pueblos o municipios se siguieron consumiendo alimentos y bebidas en las tumbas.

En 1773 prohibieron a los indígenas en esa fecha entrar al cementerio del franciscano Hospital Real de San José de los Naturales (1631-1822), ubicado en la esquina del actual eje central Lázaro Cárdenas, Artículo 123, Victoria y Dolores y Aranda (en el número 3 del mapa de arriba). Cada año eran enterrados en ese extenso predio, víctimas de los cirujanos franciscanos, un promedio de 400 muertos por lo que cada familia indígena tenía un familiar en ese camposanto. Indignados por no poder visitar a sus deudos -como lo recuerda Viqueira Albán-, los indígenas dejaron de dar limosnas y el capellán renunció a su cargo. Su sucesor, el bachiller José María de Neve y Romero, solicitó al virrey en 1777 abrir la puerta que daba a Victoria, pero dos años después denegó la solicitud por temor a que esa calle se volviera escenario de "almuerzos, embriagueces e indecencias".

En uno de los patios del hospital estaba el corral de comedias, el primer foro teatral en México [1]. Con el cobro por los espectáculos se oficiaban misas y responsos.

NOTAS

1. Maya Ramos Smith, “Expresiones artísticas callejeras”. En:


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