El puerto de Acapulco fue puente entre Oriente y la Nueva España a través de la Nao de China. Las riquezas que trasladaba despertó la codicia de los piratas, por lo que en 1617 el virrey Diego Fernández de Córdoba, Marqués de Guadalcázar, ordenó al ingeniero holandés Adrián Boot la construcción de una fortificación que fue terminada en 1617. Se le dio el nombre de San Diego, en honor del santo patrón del Virrey y, los baluartes, fueron bautizados como Rey, Príncipe, Duque, Marqués y Guadalcázar.
Un devastador terremoto destruyó totalmente el fuerte en 1776 siendo reemplazado por otro al que se le dio el mismo nombre. A finales del siglo XIX fue sede de Secretaría de Guerra y Marina. En 1949 se transformó en Museo Militar. Por decreto presidencial en 1964 fue entregado a la Secretaría de Educación Pública para que fuera utilizarlo por el Instituto Nacional de Bellas Artes. Actualmente alberga al Museo Histórico de Acapulco, conformado por 13 salas de exhibición permanente, donde se exhiben las etapas más importantes del desarrollo económico y cultural del afamado puerto guerrerense.
Cabrera Infante y Marlon Brando en Cuba |
En diciembre de 1959 el Fuerte de San Diego fue escenario para la Segunda Reseña Mundial Cinematográfica en Acapulco (la primera se llevó a cabo en la ciudad de México). En esos días arribó el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante (Gibara, 1929-Londres, 2005), entonces crítico de cine que firmaba como G. Caín (sobre esta etapa véase Mirando una foto de Caín). En su recopilación de críticas cinematográficas Un oficio del siglo XX (La Habana: Ediciones R, 1963; España: Seix Barral, 1973), se leen las siguientes irónicas líneas:
El fuerte de San Diego era una maravilla de la arquitectura militar española y fue construida en el siglo XVI. Ahora no es sombra de lo que fuera: ha sido destruida en el siglo XX. En 1959, hace apenas unas semanas, para ser exactos. El fuerte fue lavado, bruñido, le construyeron un teatro en su explanada y una pista de aterrizaje de helicópteros en los bastiones.
El fuerte de San Diego era una maravilla de la arquitectura militar española y fue construida en el siglo XVI. Ahora no es sombra de lo que fuera: ha sido destruida en el siglo XX. En 1959, hace apenas unas semanas, para ser exactos. El fuerte fue lavado, bruñido, le construyeron un teatro en su explanada y una pista de aterrizaje de helicópteros en los bastiones.
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