Entre febrero y agosto de 1936 Artaud debió ir a la plaza de Garibaldi para conseguir láudano (solución de opio con alcohol, según Escohotado). No es extraño que se encontrara con la fotografía de Cantinflas a la entrada del Salón Mayab, regenteado por José Furstenberg, donde se presentaba exitosamente desde 1935. No muy lejos de ahí estaba el Salón Tenampa, restaurante convertido en liosa piquera, y el Teatro Garibaldi, donde se ofrecían los últimos ardientes espectáculos "Molino Verde" con desnudos femeninos inmóviles. Entre la variedad del teatro sin duda estuvo un titiretero con sus marionetas, que debió entusiasmar al dramaturgo francés.
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