El olor a cemento era penetrante en el vagón. Busqué insistemente al pasajero drogado y no lo encontraba. A la siguiente estación el aroma se fue pero casi regresó. Al arribar a la terminal Tasqueña bajé la mirada y descubrí al joven drogado. La supuesta deportista que hablaba insistemente por celular ni siquiera se dio cuenta que debajo de ella viajó el inquietante olor.
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