En su Nueva Picardía Mexicana (1971), Armando Jimenéz dedica un capítulo a las tarjetas que anunciaban "casa de citas" o prostíbulos clandestinos que funcionaron en la ciudad de México. Me llamó la atención la dedicada a los "señores pintores" para "remojamos sus brochas". Si en verdad en esa dirección atendían prostitutas, debió de ser un lugar sórdido, ya que esa calle del rumbo La Soledad, por la famosa La Merced,
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