De 1936 a mediados de 1939, en pleno sexenio cardenista, funcionó en el centro de la ciudad de México la librería La Tarjeta, en la concurrida calle Isabel La Católica número 12, casi esquina con la avenida 5 de Mayo, a cuyo frente estaba el editor y exhibidor pornográfico español Amadeo Pérez Mendoza. Un periodista que escribió sobre él evocaría años después que esa librería era única:
pues se especializó en la venta de libros eróticos, nudistas, sádicos, masoquistas, álbumes y tarjetas postales y estampas de todos los tamaños de mujeres en desnudo y medio desnudo...La librería se acreditó rápidamente, no tan sólo en toda la República, haciendo su dueño una fortuna.
De lo que no se enteró este redactor es que también Pérez Mendoza incursionó en la filmación de películas pornográficas. En mayo de 1939 fue detenido por dirigir un cine porno en la céntrica calle de Isabel La Católica, donde realizaba castings entre ingenuas que soñaban ser estrellas de cine y proyecciones clandestinas, cuya entrada tenía un costo de tres pesos, incluida una copa y el juramento de honor que no divulgar la función. El escandaloso y sangriento diario La Prensa comentó:
Chicas guapas con ansias de convertirse en artistas de cine, llegaban hasta los hombres del negocio y se prestaban para que se tomara de ellas películas demasiado atrevidas, y -cuando más- recibían en compensación cinco pesos. [1]
N O T A
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