La monótona película de la neblina la comenzamos a ver desde el viernes 31 cuando entramos a la autopista rumbo a Tuxtla Gutiérrez y nos comenzó a dar pánico en cumbres de Maltrata. Con la entrada del frente frío 22, desde la noche del jueves 7 llueve intensamente en la zona metropolitana y en gran parte del país. Las temperaturas oscilan entre 4 grados (DF), - 5 en Monterrey, - 12 en Sonora y - 15 en Tamaulipas. Están cuajados de nieve el Nevado de Colima, la Mujer Dormida, el Popocatéptl, el Pico de Orizaba y el Nevado de Toluca. En la azotea, donde muy ocasionalmente se alcanza a ver nítida, la Mujer Dormida es una presencia brumosa, fría e invisible. La inquietante y monótona neblina y la lluvia avanzan sobre una ciudad sucia, agitada por el narco y tan grisásea como sus políticos. Los mexicanos nos abrigamos hasta los dientes y nos conmovemos con el fallecimiento de la actriz Blanca Sánchez y la historia sangrienta de una abuela, madre e hija que asesinaron a dos hombres para cobrar sus seguros de vida. Este sábado fallecerán 9 personas a causa del frío y serán ejecutados 44 por el narcotráfico -las horas más sangrientas del sexenio-, sin contar al reportero asesinado el jueves, Valentín Valdés Espinosa, de Zócalo Saltillo.
Hace cuatro años y días, el jueves 28 de diciembre de 2006, el ambiente atmosférico, político y económico era mejor. Estaba limpio el cielo y podía verse desde la cima de un cerro una larga exhalación del Popocatéptl. Eran las últimas horas de Fox como presidente de México. En la Basílica de Guadalupe se había dado el último adiós a Raúl Velasco Míster Televisión. Luis Javier Garrido describía el narcopoder mexicano. Se anunciaba que la UNAM instalaría su Centro Universitario Cultural en la deshabitada torre de Tlatelolco y Carlos Fuentes donaría sus novelas a la Megabiblioteca Vasconcelos. Las Reinas Chulas abuchean a Sari Bermúdez.
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