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jueves, 17 de junio de 2021

LA RISA

Ayer pasé por la calle de Mesones para descubrir que reabrió la centenaria pulquería.

lunes, 12 de agosto de 2019

LA RISA

La célebre y centenaria pulquería de la calle Mesones, esquina con el callejón del mismo nombre, que desemboca en Regina, tuvo por algunos años murales. Un enorme paisaje alpino, un hombre de traje y otra figura que no se alcanza ver adornaban sus paredes. Permanece clausurada desde hace algunos años.

martes, 10 de abril de 2018

EL RENTOY

El 15 de marzo de 1978 me publicaron un reportaje sobre el pulque contra la cerveza de la ciudad de México. Javier Gómez Marín, el mayor coleccionista pulquero de jarras, vasos, libros e impresos, adquirió en su natal Puebla ese número de Revista de revistas. Me contactó a través de Nelly R. Tobón, amiga mutua, se presentó y me envió su Ex libris. 
Le comenté en Facebook que el 23 de mayo de 1979 también publiqué un reportaje sobre El Rentoy, famoso juego de cartas en las pulcatas. El viernes 6, en su casa de Puebla,  Javier me comentó que sólo que tenía un reglamento, ya que no hay biblio-hemerografía sobre este juego de naipes. Esta noche me envía tres páginas de este cuadernillo impreso por Antonio Vanegas Arroyo en 1906. 
Anónimo, Reglas para tirar la baraja. Antonio Vanegas Arroyo, 1906. 54 páginas de 15 x 10 centímetros. Incluye viñetas sin firma.
Portadilla

domingo, 18 de septiembre de 2016

TEHUIXTLERA

En la carretera Cuautla-Tepoztlán, antes de llegar al balneario del IMSS, que pronto será de Fix Flags, se encuentra esta colonia, de baja actividad económica debido a la ampliación de la autopista que duró 7 años.

miércoles, 27 de marzo de 2013

"LOS TEMPLADOS" DE EUGENIO OLVERA

Hace algunos años Ricardo Morales López me envió la ilustración de la pulquería "Los templados", una ilustración de Eugenio Olvera. En esa ocasión me escribió que era de los pocos dibujos, publicados o no, relacionados con pulcatas que lucían pinturas en sus paredes exteriores. Esta mañana, al revisar el periódico El Imparcial de 1908, me detuve en  "La vencedora", una miscelánea de la colonia La Bolsa (hoy Tepito). Vi a esa mujer, con trenzas, acudir presurosa quizá con el charrito galano que la espera. Me llamó la atención el charco en plena esquina polvorosa. Líneas arriba reconocí a los mansos borrachos de "Los templados", a punto de caer en el charco de agua sucia. Ese par de ebrios nada tienen que ver con los rijosos de puñal o pistola en mano que pintó el pintor que decoró esas dos paredes de la colonia La Bolsa. Cuando aparecieron estos dibujos efectivamente en la ciudad de México era temporada de lluvia. 


domingo, 20 de enero de 2013

20 DE ENERO DE 1913

La ciudad de México respiraba intranquilidad. En Durango, Jalisco, San Luis Potosí, Tlaxcala, Michoacán y Puebla habían habido movimientos armados antimaderistas. El gabinete de Francisco Madero temía una rebelión opositora en las calles capitalinas. Confiado hasta la ingenuidad, el presidente ordenó al ministro de Gobernación reglamentar las manifestaciones callejeras, en lugar de aislar a Bernardo Reyes y a Félix Díaz, prisioneros en Santiago Tlatelolco y en la Penitenciaria por sublevación, quienes proseguían a sus anchas los planes para derrocarlo. Madero ignoraba que ese lunes sería uno de sus últimos días como presidente. El embajador cubano Manuel Márquez Sterling le preguntaría ese lunes al entrometido diplomático norteamericano Henry Lane Wilson si estaba próxima la caída de Madero y éste le respondió que "no era fácil, tampoco imposible". 

Esa intranquila mañana, alrededor de las 9, falleció Guadalupe Posada en el número 6 de la avenida la Paz (hoy Jesús Carranza), víctima de una "enteritis aguda, alcohólica". 
Enfermedad le inflamó los intestinos para provocarle altas fiebres y cólicos terribles en el primer piso de esa casa localizada entre los límites del barrio de La Lagunilla y de Tepito. Hacia el norte, en un domicilio sobre la 4a. de Matamoros, tres obreros anarco-sindicalistas seguían con su deseo de una patria igualitaria.
Minutos después del deceso, los empleados Jesús García, Roque Casas y Felipe Rodríguez buscaron a un médico para obtener el certificado de defunción. Con el documento, pasadas las cinco de la tarde, acudieron con el Juez Auxiliar del Registro Civil para poder sepultar al sexagenario ilustrador en el lejano Panteón de Dolores, localizado en las lomas de Tacubaya. La entrada al camposanto estaba rodeada de negocios de monumentos funerarios, marmolerías y de la pulquería "Don Juan Tenorio en el Panteón". 
Según el acta de defunción, encontrada y transcrita por los grabadores Leopoldo Méndez y Alberto Beltrán, Guadalupe Posada fue enterrado en una fosa de sexta clase. 

sábado, 7 de julio de 2012

EMULSIÓN DE SCOTT

Anuncio, 1920
Dibujo publicitario del norteamericano aceite de hígado de bacalo, en una campaña publicitaria en revistas de mediados 1920. 

Me imagino que por esos años fue pintado en un enorme muro del centro de la ciudad de México y en otro del entonces pueblo de Azcapotzalco, como quedó registrado en uno de los cuatro murales de "Paisaje de Azcapotzalco" (1925), de Juan O'Gorman.

El auotr tuvo un detalle gracioso al destinar la emulsión "para los románticos". A la izquierda plasmó la pulquería "El recreo de las musas nuevas", curiosamente sin ningún adorno pictórico en su fachada.

sábado, 16 de junio de 2012

PULQUERÍAS DE LA CD. DE MÉXICO

* Tinacal, Los recuerdos del porvenir: las pulquerías de la ciudad de México. México: Tinacal, 2012.

El colectivo Tinacal presenta el sábado 23
de junio este libro en la pulquería Los dos cacarizos. Nelly R. Tobón, fotógrafa e integrante y animadora de ese grupo, me manda las siguientes fotografías relacionadas con pinturas y murales de algunas pulcatas capitalinas. Las tres son de su autoría. Doble click al cartel-invitación de la derecha para ver detalles de la presentación. Espero ir para tomar apuntes o fotografías.
La gallina de los huevos de oro
El triunfo
La bella Cande

sábado, 19 de mayo de 2012

PINTURAS DE "VAGABUNDA" (1950)



El cabaret Tropical, que aparece en la película Vagabunda (Miguel Morayta, 1950), luce dos pinturas que adornan las paredes del siniestro antro de Nonoalco. La primera -muy borrosa en la versión de YouTube- se encuentra en la pared opuesta a la barra. La segunda -una mujer desnuda de espaldas, quien sostiene al parecer un refresco- está colocada detrás de la barra. 

Más que el cartel de esta cinta, protagonizada por Leticia Palma y Antonio Badú [1], me encantó la pintura mural de la pulquería "La barca de oro" que aparece en los primeros minutos de la cinta. 

NOTA                                                                                             
1.- Un comentario sobre esta cinta se puede encontrar en Miguel Ángel Morales, "Vagabunda (1950), blog "Miradas a los medios", sábado 19 de mayo de 2012, http://moralex-cine.blogspot.mx/2012/05/vagabunda-1950.html 

martes, 12 de julio de 2011

LO QUE EL CINE NOS DEJÓ (1)


* Carlos Martínez Assad, La ciudad de México que el cine nos dejó. México: Océano, 2010. (Primera edición de 2008). 141 páginas, fotografías en blanco y negro.


El autor rastrea los edificios, plazas y calles que sirvieron como telón de fondo en algunas películas mexicanas, de la silente El automóvil gris (de Enrique Rosas y Joaquín Coss, filmada en 1919) a Fuera del cielo (Javier Patrón, 2006). 

Comenta que en Distinto amanecer (Julio Bracho, 1941), una parte está ambientada en el edificio Guardiola del Banco de México. En el fotograma que publica en el libro aparece una enorme pintura que no menciona. Es la que realizó Jorge González Camarena y que resultó afectada con el sismo de 1957.


Martínez Assad cita la pintura La ciudad de México por 1970, de Carlos Tejeda, cuyo título correcto en La ciudad de México allá por 1970 (Óleo/tela, 148 x 160 cm., 1947), y lo relaciona con un supuesto “futurismo” alemanista. 

Lamentablemente no lo vincula con la cinta Cuando la tierra tembló (Antonio Helú, 1942), la cual pudo haber visto el pintor Tejeda (1904-1981). Por cierto que en esa película –donde aparece el gran cómico Leopoldo Beristáin, que no refiere- se ve una horrible maqueta de la Columna de la Independencia derrumbarse a ritmo de uno de los varios temblores.

Pinturas de la pulquería La Barca de Oro, decorada con “murales como los que dibujaron [sic] Frida Kahlo y Diego Rivera” (p. 45), son captadas en la lacrimógena cinta Vagabunda (Miguel Morayta, 1950). Martínez Assad informa que en El automóvil gris (1919) sale la pulcata El Triunfo de San Ángel, pero no señala si estaba decorada. 

Pinturas de Diego Rivera deben de aparecer en Qué dios me perdone (Tito Davidson, 1948), que se filmó en el Ciros del Hotel Reforma, cabaret decorado con varios paneles lúbricos del muralista

Obra de pintores en edificios públicos también aparecen en el celuloide. Los frisos de Carlos Mérida, realizado para el Multifamiliar Juárez destruido por los terremotos de septiembre de 1985, están presentes en ¿Con quién andan nuestras hijas? (1955).

En Mi esposa me comprende (Julián Soler, 1959) salen los mosaicos de Juan O’Gorman para Biblioteca Central de Ciudad Universitaria y el mural para el estadio olímpico de esa máxima casa de estudios, diseñado por Diego Rivera.En esta misma cinta sale la desaparecida Galería Misrachi, que estuvo en la calle de Hamburgo y donde vendieron su obra un sinnúmero de pintores, en pleno el corazón de la Zona Rosa.

jueves, 31 de marzo de 2011

TEATRO APOLO Y DE LAS VIZCAÍNAS

Plaza Vizcaínas en 1939, mixta / papel, 2011
Plaza Vizcaínas, de poniente a oriente. Foto de 1939.  
A finales de los treinta la Plaza Vizcaínas estuvo en San Juan de Letrán (hoy Eje central Lázaro Cárdenas) casi esquina con San Miguel (hoy Izazaga). Al fondo se encontraba el teatro Apolo, ardiente burlesque que funcionó de 1936 a 1942. Actualmente su lugar lo ocupa el Teatro de las Vizcaínas. Al extremo derecho de la plaza primero estuvo la parte trasera del teatro y cine Palatino y después del Politeama [1]. En la fotografía se alcanza ver en la esquina derecha la fachada de la pulquería "La charlotada". Hoy está el cabaret CasablancaAl fondo de la plaza se encuentra el Teatro de las Vizcaínas, totalmente abandonado.
Plaza Vizcaínas, mixta / papel, 2011 
Teatro de las Vizcaínas, mixta / papel, 2011

N O T A

1.- Sobre este teatro y cine véase mi nota "Cine Palatino, Cine Politeama", blog Miradas a los Medios, martes 7 de diciembre de 2010, http://moralex-cine.blogspot.com/2010/12/normal-0-21-

viernes, 18 de marzo de 2011

PULQUERÍA LA HIJA DE LOS APACHES

Impreso en duotono, mayo de 2009.
Donde antes estuvo el pequeño salón de baile El Rey (aún hay dos enormes pinturas sobre ese ambiente que tendré que volver a fotografíar), se encuentra la Pulquería La Hija de los Apaches, a cargo del exboxeador Epifanio Leyva, apodado cariñosamente El Pifas. La pulcata, reducto de jóvenes que le entran al pulque y a las "caguamas", tuvo una reapertura de "alarido", como señala un impreso, el 22 de mayo de 2009. Ya no vende curados de Chupacabras o de Viagra, como en 1998 en el antiguo establecimiento de avenida Cuauhtémoc número 39, ahora está el del Bicentenario cuya fórmula guarda celosamente El Pifas. Las paredes del amplio local exhibe materiales impresos, fotografías y pinturas. Por el momento subo las siguientes. (Puse más fotografías de actores cómicos en http://miguelangelmoralex-comicos.blogspot.com/2011/03/con-el-pifas.html).
Yermo, El Piafas y Stefan
El nuevo ambiente de la pulcata.
"La gestación del sol", pintura de Samuel Carrasco Chávez, mixta / tela, 200 x 250 cms., 2008.

lunes, 21 de febrero de 2011

EL VASEO


Como alguna vez dijo Diego Rivera: el muralismo mexicano inició en las pulquerías del siglo XIX.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

FRIDA Y LA ROSITA

En 1943 Frida Kahlo (1910-1954) y algunos alumnos de la Escuela de Pintura y Escultura "La Esmeralda", conocidos como "Los fridos", comenzaron a decorar los muros de la pulquería La Rosita, la cual se ubicaba en la esquina de Londres y Aguayo, en la colonia Coyoacán, a unas cuantas cuadras de su domicilio particular. Arturo García Bustos pintó a María Félix. Arturo Estrada retrató a su maestra sentada en la misma mesa que la poetisa Pita Amor. Arriba de ellas está Diego Rivera. El fotógrafo, pintor y dibujante colombiano Leo Matiz (1917-1998) llevó a cabo una bitácora del avance de los murales. Entre las fotografías que se pueden consultar en su página, sobresalen las siguientes [1]:
A las once de la mañana del 19 de junio de 1943 Antonio Ruiz El Corcito, director de La Esmeralda, inauguró el mural.
Guillermo Monroy interpretó el corrido que escribió para la inauguración:

¡ El barrio de Coyoacán

antes era tan triste !
Y eso porque le faltaba
algo por qué ser feliz.

¡ Pintar La Rosita

costó mucho esfuerzo!
La gente ya se olvidó del arte de la pulquería.Doña Frida de Rivera,
nuestra maestra querida, nos dijo:
Vengan, muchachos,
les mostraré la vida.


Pintaremos pulquerías

y las fachadas de escuelas;
el arte empieza a morir

cuando se queda en la academia.


Según Armando Jiménez la pulcata fue demolida en 1958, "después de 72 años de vida" [2], y a decir del blog “Pulque Nuestro” en la actualidad hay dos pulquerías que ostentan el nombre de La Rosita. Una está en la calzada de La Viga y la otra en Lago San Pedro número 12. [3].
N O T A S
2.- Lugares de gozo, retozo, ahogo y desahogo en la Ciudad de México, México: Océano, 2000.

martes, 2 de noviembre de 2010

LA LEYENDA DEL PULQUE

El colectivo Aerografía pintó sobre el muro exterior de la calle de Regina, número 59, entre Isabel la Católica y 5 de Febrero, un mural relacionado con el pulque y las pulcatas, que curiosamente siguen extinguiéndose de la faz del Centro Histórico de la ciudad de México. La Risa, es la última pulcata de este primer perimetro que resiste heróicamente los embates de la modernidad, a más de cincuenta metros del mural.


Esta mañana vi una entrevista con Inti Muñoz en TV y leo en la versión digital de Publimetro [1] lo siguiente:

Durante la inauguración formal de la obra muralista, el director del Fideicomiso del Centro Histórico, Inti Muñoz Santini, celebró que la calle Regina cuente con espacios temporales y culturales donde los jóvenes expresen sus ideas y conceptos sobre la vida moderna e histórica de México.
El mural, realizado por el colectivo juvenil de Aerografía, rinde homenaje a una estampa popular de autor anónimo creada en el año 1890 y denominada “El Descubrimiento del Pulque”.
El mural de más de dos metros de largo por metro y medio de alto, detalló Muñoz Santini, intenta reavivar y apreciar la existencia del pulque como una bebida sagrada que mueve el lado sentimental de quien la consume.


La obra recrea la fachada y la entrada de la ficticia pulquería El Templo de Mayahuel, más reproducciones enormes de tres pinturas del siglo XIX y una fotografía de la Colección del Museo Soumaya-Fundación de Carlos Slim, relacionadas con la ex popular bebida mexicana. Del lado derecho está la reproducción fotográfica del anónimo óleo sobre lienzo anónimo titulado "El descubrimiento del pulque" (ca. 1880), que inspira el mural.

N O T A

1.- "Plasman 'La leyenda del pulque' en el corredor Regina", lunes 1 de noviembre de 2010, http://www.publimetro.com.mx/noticias/plasman-la-leyenda-del-pulque-en-el-corredor-regina/mjkb!dZVFKKOt0NvKg/. Esta misma información aparece en la nota publicada por el periódico La Jornada de este día, bajo la firma Bertha Teresa Ramírez.

domingo, 4 de julio de 2010

ARMANDO JIMÉNEZ (1917-2010)

Desde hace mucho tiempo quería dedicarle una entrega en este blog al arquitecto Armando Jiménez Farías (Piedras Negras, Coahuila, 1917-Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 2010), el exitoso autor de Picardía México (1960, más de 130 ediciones, más de 4 millones de ejemplares vendidos), Nueva picardía mexicana (1971), Sitios de rompe y rasga en la ciudad de México (Océano, 1998), Lugares de gozo, retozo, ahogo y desahogo en la ciudad de México (Océano, 2000) y una decena de obras derivativas. Más que comentar sus crónicas urbanas y sus insólitos personajes de la capital, algunos de los cuales he abordado y aún les persigo su rastro hemerográfico, sobre todo lenonas o prostitutas, como la célebre Matildona, Ruth de Lorge o La Bandida, me interesaban restacar para esta "Bitácora" las obras de los grabadores (Alberto Beltrán, Andrea), dibujantes (José Luis Cuevas, mismo Jiménez o su hijo del mismo nombre), caricaturistas (Andrés Audiffred, Freyre) y pintores (El Hotentote, Frida y los fridos, María Izquierdo) que aparecen en sus célebres obras.

Creo que a "don Armando" o al "señor Jiménez", como indistintamente lo llamaba (él siempre me decía "señor Morales", con acento entre norteño y del cómico Clavillazo), lo conocí hacia 1981 porque para marzo de 1982 aparecí como autor de la "Nota para la septuagésima primera edición" de Picardía mexicana.

A. Jiménez me enseñó a pepenar basura urbana (como tarjetas o volantes) y él me llevó a recorrer algunos sitios a los que jamás he vuelto. Pulquerías como La gallina de los huevos de oro, La bella Hortensia (a unos metros de la plaza de Garibaldi, donde presentó su libro Dichos y refranes de la picardía mexicana en diciembre de 1982) y La hija de los apache, atendida personalmente por el ex pugilista El Pifas, en su antiguo establecimiento de la avenida de Cuauhtémoc. Fuimos al callejón de Manzanares, donde se arremolinaban jovenes prostitutas, provincianas y de ropas ajustadas y cortas. En ese entonces los dos éramos tlalpenses. El tenía una casita por el rumbo de Tlalpan y yo alquilaba un amplio departamento en la calzada Tlalpan, casi esquina con Coruña frente a la estación del metro Viaducto, donde algunas veces llegaba a cenar. Por esa época me cambió casi un centenar de tarjetas postales fotográficas de la CIF por mis tomos de VEA (en realidad hojas seleccionadas de ese semanario). Siempre me prometía fotografías (que nunca me dio) si le revisaba sus textos. Después de 1984 dejamos de vernos, mientras él comenzaba a dar a conocer sus crónicas en el diario Reforma.


En 1987 me pidió mi curriculum para dárselo a Humberto Musacchio, quien preparaba su Diccionario enciclopédico de México: ilustrado, que Andrés León publicó dos años después. Esa misma ficha la utilizaría Musacchio para el segundo tomo de Milenios de México (1999 y 2008). La mañana del 24 de diciembre de 1995 fui a su casa. Me obsequió y dedicó la séptima edición de Cabarets de antes y de ahora en la ciudad de México (Plaza y Valdés, 2004).

En agosto de 1996 publiqué un texto sobre direcciones de prostíbulos en 1919 que rescaté en el Archivo Histórico de la Ciudad de México.
Grande fue mi sorpresa cuando el corregir su Guía de pecadores, que supuestamente sería publicada en varios tomos por esos años, aparecían datos de mi artículo. Me molesté y le regresé su mamotétrcio original amarrado con elegantes agujetas. Al año siguiente me correspondió invitar a escritores para que comentaran sus vivencias sobre el metro para el libro Los hombres del Metro (STC-Metro, 1997). No podía faltar don Armando, quien accedio a escribir un texto. Nos retratamos el día de la presentación de la obra en la explanada de las instalaciones del transporte colectivo.

Me invitó en marzo de 2000 a la presentación de Lugares de gozo, retozo, ahogo y desahogo en la ciudad de México en la cantina El Nivel, que ya pasó a la historia.
Coincidimos la noche del miércoles 7 mayo de ese año en la Adamo Boari, sala subterránea del Palacio de Bellas Artes, con el cronista Héctor de Mauleón. A pesar de que el tema fue "Los cosmopolitas y la 'época de oro' de los cabarets, 1930-1950", pronto el señor Jiménez comenzó a hablar del albur y se perdió en el tema de las carpas. Comentó que Mario Moreno Cantinflas había sido un diestro alburero. Le hice notar su error, ya que el cómico de la gabardina jamás había utilizado el doble sentido como lo sostenía. Mostró sus sorpresa y luego molestía por hacerle esa acotación.



Creo que ya para entonces vivía en Tuxtla Gutiérrez, donde sería declarado "hijo predilecto". Me habla por teléfono para solicitarme información sobre teatros o cómicos, a cambio de invitarme a la capital chiapaneca. Jamás fui, a pesar de que fueron otras personas, como me presumía. El año pasado me invitó una vez más, esta vez para su cumpleaños. Me comentó que sus invitados irían con todo pagado y que el traslado sería en avión o en autobús. Me volvió a llamar para preguntarme si iría y le respondí que en qué lista estaba. Me informó que tendría que ir por mi cuenta y que el viaje costaba menos que ir a Cancún. Le respondí que no. Mostró contariedad y sospecho que ya sabía que de un momento a otro fallecería por cáncer porque me dijo que no habría otra ocasión. Le prometí que en diciembre de ese 2009 pasaría por Tuxtla y que lo iría a visitar. Pero no pude verlo. El pasado viernes 2 mi madre escuchó
en "De la una a las tres",
el programa radial de Jacobo Zabludovsky en Radio Red, que había muerto. Mi padre, quien nos retrató en la sala Boari, me recuerda telefónicamente que alguna vez estuvo platicando en su departamento hasta las 12 de la noche y que en otra ocasión se lo encontró por la Asamblea Legislativa.