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miércoles, 12 de mayo de 2021

TURANDA EN 1950

La nudista norteamericana bailó en Doña Diabla (Davidson, 1950), teniendo como pareja a Julien de Metiche. Por instantes aparece el pintor de retratos Federico Castro (Fernando Casanova), amante de una víctima de Ángela (María Félix): Gertrudis (Dalia Íñiguez).

domingo, 6 de septiembre de 2020

MARIÑO EN NY

El historietista y editor Adolfo Mariño publicó, hacia 1950, dibujos sado-masoquistas femeninos al gusto de Nueva York.

sábado, 11 de enero de 2020

EL MEJOR PINTOR

A mediados de 1950 el semanario ilustrado Hoy realizó una encuesta frívola; preguntar quién era el mejor pintor "de este siglo" (sic). El anónimo entrevistador preguntó al muralista Diego Rivera, quien dijo que era José María Velasco, no sólo de ese siglo sino del XIX. Inés Amor, dueña de la Galería de Arte Mexicano, consideró que era José Clemente Orozco. El Dr. Atl se considera humildemente el mejor pintor y que además escribió el mejor libro: Cómo nace y crece un volcán

domingo, 7 de abril de 2019

ERNESTO GUASP


El caricaturista hispano-mexicano tuvo pocas intervenciones en carteles y subtítulos en películas mexicanas, como en Deseada (Roberto Gavaldón, 1950), donde caricaturizó a Dolores del Río, a Anabel Gutiérrez y al resto del elenco en los créditos.

martes, 14 de noviembre de 2017

OROZCO

No conozco este cortometraje sobre el muralista tapatío. 

sábado, 11 de noviembre de 2017

SIMBAD EL MAREADO (1950)

En esta comedia, dirigida por Gilberto Martínez Solares, el guía de turistas Tin-Tan posa en una residencia acapulqueña frente a tres mujeres adineradas. Primero una mosca y después un alacrán impiden que esté inmóvil, como lo exige Vitola y sus adineradas amigas. 
Mientras una de ellas lo dibuja rodeado de palmera, otra capta su rostro: 
Al realizar un cambio de vestuario Simbad, descubre que ellas integran una banda de falsificadores encabeza por Marcelo.

miércoles, 19 de octubre de 2016

DIBUJOS ACEVEDO

Poco se sabe sobre los dibujantes y rotulista que trabajaron en la industria del cine mexicano. Aquí uno de ellos.

domingo, 12 de octubre de 2014

DIBUJANDO AL MINISTRO

* Vicente Blasco Yáñez. Aventuras eróticas de un ministro: novela de costumbres madrileñas. Barcelona: 1950. 86 páginas de 16 x 11 centímetros. Colección Lujuria. Volumen XVII. Incluye 7 cromos a color.

Alex Contreras encontró pequeños libros pornográficos españoles en su natal Guadalajara. Entre estas pequeñas obras me llamó la atencíón las  aventuras eróticas supuestamente escritas por Vicente Blasco Yáñez, que es una parodia del nombre del célebre escritor hispano. Las láminas no están firmadas, algo muy común en ese año y en anteriores.

domingo, 17 de febrero de 2013

ÉPOCA DE CALENDARIOS

Más de 1,500 piezas conforman esta exposición dedicada a mostrar al público el proceso de impresión, desde originales (sobre todo óleos en tela, más que gouaches o acuarelas) que pasan por el obligado proceso fotográfico, dando origen a los negativos (en vidrio o acetato). 
Negativos 
Después viene la elaboración de una placa metálica que va a dar a las imprentas. Finalmente viene la impresión según el sistema que se elija. 

La exposición no sólo se circunscribe a la época dorada (de los 40 a fines de los 50) de los calendarios (la mayoría de los cuales imprimió el español Santiago Galas Arce), sino que hay una parte donde dedicada a la publicidad de diversas compañías extranjeras y mexicanas (cigarreras, cerveceras). Curiosamente la "época de calendarios" coincide con la gran actividad de pintores mexicanos y españoles refugiados, que para los años 60 ven desaparecen su presencia con la llegada de los fotógrafos y sus modelos.
Original e impreso de "María del Mar".
A la izquierda "Estampa istmeña", óleo sobre tela, del nayarita Eduardo Cataño Wihelmy (1890-1964).
Los hispanos Angelina de Barthez y Demetrio [Llordén] ofrecen su idílica versión de Xochimilco. 
En los cincuentas empiezan la publicación de calendarios destinados al público masculino. Por esos años también el cine mexicano sufrió esa epidemia y, desde luego, años antes las revistas exclusivas para hombres. El hábil Cataño Wilherly pintó entre  1950 y 1964 una apetitosa y desnuda Malinche y a un viril pero tierno Hernán Cortés. Quizá esta imagen le encantase al antropólogo e historiador francés Christian Duverger, quien sostiene que no hubo un brutal matanza de indígenas (como en Cuba y Santo Domingo) sino un dulce mestizaje en la ciudad de México. 
Eduardo Cataño Wilhelmy, sin título, óleo sobre tela.
"Época de calendarios"
del viernes 7 de diciembre de  2012 a ? de 2013 .
De miércoles a lunes.
Entrada gratuita.

Museo Soumaya-Plaza Loreto, 
Avenida Revolución y  Río Magdalena, 
San Ángel, México, D. F.
Cerca del Metro-Bus Doctor Gálvez.

domingo, 2 de septiembre de 2012

UNA MUJER SIN DESTINO (1950)

En un París supuestamente en estado de guerra, el pintor Julio Reyna (Víctor Junco) vive con su esposa Soledad (Marga López). Cuando éste le pide que vea su obra maestra descubre que tiene el rostro de Esperanza (Guillermina Grin), por lo que se enoja. Al escuchar las sirenas, sufre una repentina crisis nerviosa. Su mejor amigo Pedro (un solemne Emilio Brillas) le confiesa que ella es hija de un suicida.Esperanza compra la pintura para el que posó pero Julio lo desgarra. Esperanza le propone que regrese a México con su esposa e hijo. De nuevo en el país, el pintor no consigue vender nada y Esperanza, quien ante la muerte de su padre trabaja ahora en una empresa cigarrera, le exige realizar su obra maestra antes de entrar como ilustrador en esa fábrica. Julio se encierra para pintar de nuevo. De nuevo aparece el rostro de Esperanza en una mujer suplicante.
Al ver Soledad el cuadro desgarra la tela con una espátula. "La he matado", grita. Como se agrava su enfermedad es recluida en un hospital para dementes. Como su paranoia es irreversible, Julio se divorcia de Soledad, amparado por la ley, y casa con Esperanza, con la que procrea un hijo. El pintor triunfa con La Paz, pintura inspirada en su ex esposa descansando en el nosocomio. El doctor Salinas (Domingo Soler) opera, a base de electro-shocks, exitosamente a Soledad, quien en un descuido se dirige a la casa de Julio. Descubre la verdad por lo que reclama a su hijo. Sin embargo finge una recaída emocional para que ellos sean felices. El doctor Salinas admira su resignación.

A Julio Reyna jamás lo vemos con pincel en las manos (quizá para no manchar sus impolutas camisas) y, siguiendo a su amigo, Pedro se convierte en pintor de "existencialismo puro", aunque no vemos esa técnica.

sábado, 19 de mayo de 2012

PINTURAS DE "VAGABUNDA" (1950)



El cabaret Tropical, que aparece en la película Vagabunda (Miguel Morayta, 1950), luce dos pinturas que adornan las paredes del siniestro antro de Nonoalco. La primera -muy borrosa en la versión de YouTube- se encuentra en la pared opuesta a la barra. La segunda -una mujer desnuda de espaldas, quien sostiene al parecer un refresco- está colocada detrás de la barra. 

Más que el cartel de esta cinta, protagonizada por Leticia Palma y Antonio Badú [1], me encantó la pintura mural de la pulquería "La barca de oro" que aparece en los primeros minutos de la cinta. 

NOTA                                                                                             
1.- Un comentario sobre esta cinta se puede encontrar en Miguel Ángel Morales, "Vagabunda (1950), blog "Miradas a los medios", sábado 19 de mayo de 2012, http://moralex-cine.blogspot.mx/2012/05/vagabunda-1950.html 

miércoles, 16 de marzo de 2011

LOS OLVIDADOS (1950-2011)


1.- Fotograma de la película Los olvidados (Luis Buñuel, 1950). El Jaibo (Roberto Cobo), un recién nacido comparado con los actuales jóvenes sicarios, en la entonces calle de doble sentido San Juan de Letrán (hoy eje central Lázaro Cárdenas).
2. Esa misma congestinada avenida en foto que tomé ayer martes 15.

3.- Apunte de hace algunos días desde la calle de Arcos de Belem, esquina Lázaro Cárdenas, hacia el norte. Sobresalen la marquesina del destruido cine Teresa y la Torre Latinoamericana. Como se puede advertir aún no estaba el anuncio digital de una telefónica en el muro del edificio que aparece en la foto de ayer.

jueves, 12 de febrero de 2009

LUIS Y MIGUEL CASTAÑEDA


Luis Castañeda como su hijo Miguel son pintores de celuloide que aparecen en la película Doña Clarines (1950), que dirigió el español Eduardo Ugarte, inspirado en la comedia homónima de los sevillanos hermanos Álvarez Quintero. La producción es tan baja que ambos papeles son interpretados por el actor Gustavo Rojo, de la dinastía cinematográfica de ese apellido. Luis, a diferencia de su único hijo, fue un mujeriego. Enamorado de Clara Urrutia tuvo que casarse con la madre de Miguel porque la embarazó. Decepcionada, Clara se volvió una solterona malhumorada, se recluyó en la provincia y maldice de los pintores a quienes considera "indecentes".

Miguel hereda de su padre el pequeño estudio, que tiene un pequeño desnivel de cuatro escalones. Hay pocos lienzos (incluido un retrato que le hizo a su modelo), una victrola, adornos varios, un ventanal sin vidrios (como los que le gustan a Juan Orol y a otros cineastas de la época) y un endeble barandal de madera. A diferencia de películas mexicanas de los cuarenta, aquí vemos al retratista pintar por unos segundos. La cinta arranca cuando al pintor le organizan en ese estudio su despedida de soltero, ya que contraerá matrimonio con la adinerada Marcela Urrutia (Carmelita González), heredera de una fábrica de cerámica que se está viniendo a pique. Durante ese festejo su pudibunda modelo Esther (Yadira Jiménez) canta y baila animadamente, despertanto el apetito del propietario de un cabaret, interpretado por Andrés Soler.
Debido al testamento de su hermano, Clara, ahora convertida en la amarga, claridosa y jamona anciana Doña Clarines, regresa a la ciudad de México. Al enterarse que su sobrina se casará con el hijo del hombre que la traicionó, trata infructuosamente de impedir ese matrimonio. Pero se retracta al saber, por boca de la madre del pintor, que Luis siempre estuvo enamorada de ella y, casualmente, ella también de él, porque atesoró el autorretrato de Luis (por breves instantes en pantalla) que adquirió en una galería. Hacia el final de la película, cuando se supone que su novia está arruinada, Miguel comenta que para salir avante se convertirá en un "pintor de ollita". Este término fue muy popular en México desde los años diez del siglo pasado. Su actual sinónimo sería ser "pintor de brocha gorda", aunque no sé exactamente cuál es su origen. Quizá porque las "ollitas" servían como recipientes para los colores.