
Ocho de la mañana de este agónico noviembre. Tres traga-fuegos duermen a unos cuantos metros del edificio que fue o es del Senado y del periódicode La Prensa, en plena avenida Reforma y avenida Hidalgo. Gracias a las conquistas revolucionarias de priístas y perredistas no pagan por dormir en plena banqueta, ni los rayos del sol son capaces de despertarlos.
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