domingo, 29 de septiembre de 2019

2005

A las 3 y 5 de la madrugada me llevaron de emergencia al Adolfo López Mateos. En la primera ocasión el irresponsable doctor del ISSSTE me dijo que no tenía nada y que no podía darme incapacidad. Regresé con unos dolores intensos con el mismo idiota, al quien desde luego regañé tras conocer el diagnóstico. Quedé internado para una cirugía nocturna. En plena recuperación alcancé a realizar este dibujo, que años después lo transferí a una carpeta. Fue la segunda  vez que me salvé de morir. De la primea hubiera caído ensangrentado a unos pasos de la portada de una parroquia.     

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