sábado, 16 de marzo de 2019

VANEGAS ARROYO

Con motivo de que supuestamente Porfirio Díaz visitó a Vanegas Arroyo (algo increíble), los autores dedican toda la segunda de cuatro partes (de la página 51 a la 71) al porfiriato en lugar de abundar más sobre este descuidado, sucio y malhecho impresor y encuadernador. No abundan sobre la relación obrero-patronal (alguna vez oir decir que Vanegas Arroyo le pagaba a Posada con pulque, sin duda un chiste), el declive total de la empresa ni en la Testamentaria de 1917. Tan mal terminó el negocio que Arsacio y Blas, a quienes conocí a fines de los setenta, se dedicaron a la lucha libre y fueron instructores de Fidel y el Che Guevara en la ciudad de México. 

El libro se terminó de imprimir en septiembre de 2017.

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