RICARDO PÉREZ ESCAMILLA

Mientras prosigue la marcha de integrantes y simpatizantes del Sindicato Mexicano de Electricistas esa tarde del jueves 15, vuelvo a la Biblioteca de Arte Ricardo Pérez Escamilla. El martes 5 de junio de 2001 asisití al acervo para buscar publicaciones periódicas de los años treinta o cuarenta, pero llegué cuando ya tenía sus miles de revistas empaquetadas. "Ahora las podrá consultar en el Museo Nacional de Arte", me dijo orgulloso Pérez Escamilla.

Ese día, generoso, me obsequió el libro Manuel González Serrano: El hechicero (INBA : Gobierno de Jalisco, 1998), me lo dedicó y obsequió uno de sus ex-libris realizado por Pedro Friedeberg.

De entre los paquetes colocados sobre su mesa estaba a la mano el número 1 de El chile (1911), una publicación ferozmente maderista.El chile era en aquellos años y aún lo es en estos días noñismo del miembro viril. En una caricatura sin crédito, Madero cargaba un descomunal chile con ambas manos y explicaba a los lectores: "se los he metido todo". También entresacó un ejemplar de El himen en México (Oficina Tipográfica de la Secretaría de Fomento, 1885), de Francisco A. Flores. Ese opúsculo había inspirado a Juan José Arreola a dar a conocer en 1971 su celebrado e increíble cuento, casi una transcripción maliciosa de las observaciones del profesor en farmacia.

Recuerdo que en sus paredes blancas colgaban algunos cuadros de Manuel González Serrano. Dondo se sienta para que le tome una fotografía estaba el Retrato de Andrea Hancock (ca. 1944-1945). la segunda esposa del atormentado pintor jalisciense. Hoy sólo veo un paisaje del Dr. Atl y sus paredes lucen reproducciones de su nueva propuesta iconográfica relacionada con el bi y centario del próximo año. Algunos de los temas son "Nuestra constitución", "La revolución 1910-2010", "La independencia 1810-1210", "Revolución: interpretación vivencial de José Guadalupe Posada", "El maguey y el pulque". Su hallazgo es una desconocida ilustración de Posada relacionada con la Constitución. Me comenta irónico el día que estuvo en el Museo de la Ciudad de México con un biógrafo del ilustrador que reiteramente lo llamaba "Posadas" y repetía lo que había dicho su admirado Diego Rivera, que era el autor de más de 20 mil obras.

Biblioteca de Arte Ricardo Pérez Escamilla.

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