sábado, 2 de abril de 2011

MUSEO SOUMAYA

Por las fotografías que se habían dado a conocer del Museo Soumaya, inaugurado por Carlos Slim el martes 1 de marzo y que abrió sus puertas al público el martes 22, me lo imaginé más grande. Ayer lo atisbé desde la transitada avenida Ejército Nacional, al poniente de la ciudad, más arribita de Antara. Me aproximé al edificio, de 47 metros de altura hecho con hexagonales plateados, pero los edificios que lo rodean (dos de Telcel) lo hacen ver diminuto. Para mi mala suerte había una larga y enorme fila de jóvenes que esperaban ingresar para ver las 6,200 obras, la mayoría de Rodin y de arte mexicano. Lo bueno es que el cielo gris no descargó lluvia.

Museo Soumaya, mixta / papel, 13 x 9 cm.

Por la información de este
sábado deduzco que no pude entrar ayer porque a esa hora el mismísimo Carlos Slim acompañaba a la popular cantante colombiana Shakira en un recorrido por el museo. Tendré que volver otro día más temprano.

El martes 5 de abril, antes de terminar a las diez su programa en MVS, Carmen Aristegui entrevistó vía telefónica a la controvertida Raquel Tibol, quien traslució su indignación porque Soumi, así llamó cariñosamente a una de las tres hijas de Carlos Slim, no le consiguió hablar sólo "5 minutos" con el hombre más rico del mundo.

La deslenguada y violenta crítica de arte, primera en ofrecer una conferencia en el Soumaya, habló de desmontar todas las obras para volverlas a ordenar y darles sentido en una nueva instalación (desproticó contra el curador español), adornar los muros de la rampa de cinco pisos (sugirió poner fotos para eliminar los muros blancos que la deslumbraron), de las horribles pátinas brillantes de las esculturas de Rodin (las que están en Francia dice que son casi mate, las que prefería el escultor) y hasta comentó que debe haber varias obras falsas aunque no las mencionó. También vio la necesidad de poner con urgencia barandales en la escalinata de entrada y en el auditorio, sobre todo para las personas de la tercera edad. Dijo algo del mural en mosaico "Río de Juchitán" pero ya no recuerdo qué. Lo único que le gustó fue el exterior del edificio (que con mucha imaginación cambia de figuras, según los rayos solares) y la cúpula interior.

Resumiendo: fue muy cauta y respetuosa con la familia Slim (no se metió con el yerno, el arquitecto del museo) pero fue muy vitriólica con el responsable de la museografía y con el grupo de asesores que compran obra. Tal hábil como es, seguramente encontrará acomodo como asesora principal en el museo bajo la leyenda Tibol. Por algo comentó que
le propondría a Carlos Slim una comisión integrada con los mejores "curadores del mundo". Entre los cuales, obviamente estaría ella.

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