SAN ANTONIO ABAD
Con la aparición de los hoteles Gran Hotel Amazonas y Encanto (ahora con habitaciones a 180), el panorama hotelero de la calzada de San Antonio Abad cambió de fisonomía, a pesar de que existía el Mexicali que se ostentaba como de "primera clase", "totalmente alfombrado" y con marquesina que prometía espectáculos. Sin embargo, los ruinosos hoteles de la colonia Obrera (como el Goya, Atila, Las Américas, del sur al norte), con calles de nombres de poetas (excepción del poblano topógrafo e ingeniero Arriaga), siempre dieron cobijo a las señoras que prestan sus servicios sobre la avenida. No recuerdo desde cuándo más al norte, casi esquina con José T. Cuéllar, rumbo al Zócalo, 
aparecieron en las madrugadas travestis con minúsculas ropas inquietando a los automovilistas. Frente a la estación del Metro Chabano estuvo durante muchos años un hotelucho cuyo nombre hubiera gustado a Julio Cortázar: Maga. Hace diez años o más fue sorpresivamente remodelado y cambió su ruinosa fachada por cristales ahumados y aluminio oscuro. En uno de sus muros colocó un pícaro anuncio: "¿Crisis? ¿Cuál? Visítenos. $ 140". La promoción del Maga apareció durante algunos meses en un programa televisivo de Brozo, aunque me sostenían que no correspondía a ese hotel sino a otro. Sin embargo, el mensaje era el mismo.
Con la aparición de los hoteles Gran Hotel Amazonas y Encanto (ahora con habitaciones a 180), el panorama hotelero de la calzada de San Antonio Abad cambió de fisonomía, a pesar de que existía el Mexicali que se ostentaba como de "primera clase", "totalmente alfombrado" y con marquesina que prometía espectáculos. Sin embargo, los ruinosos hoteles de la colonia Obrera (como el Goya, Atila, Las Américas, del sur al norte), con calles de nombres de poetas (excepción del poblano topógrafo e ingeniero Arriaga), siempre dieron cobijo a las señoras que prestan sus servicios sobre la avenida. No recuerdo desde cuándo más al norte, casi esquina con José T. Cuéllar, rumbo al Zócalo, 
aparecieron en las madrugadas travestis con minúsculas ropas inquietando a los automovilistas. Frente a la estación del Metro Chabano estuvo durante muchos años un hotelucho cuyo nombre hubiera gustado a Julio Cortázar: Maga. Hace diez años o más fue sorpresivamente remodelado y cambió su ruinosa fachada por cristales ahumados y aluminio oscuro. En uno de sus muros colocó un pícaro anuncio: "¿Crisis? ¿Cuál? Visítenos. $ 140". La promoción del Maga apareció durante algunos meses en un programa televisivo de Brozo, aunque me sostenían que no correspondía a ese hotel sino a otro. Sin embargo, el mensaje era el mismo.
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