jueves, 14 de octubre de 2010

OROZCO 1913-1914

Durante estas frías madrugadas he estado releyendo algunas etapas de La verdadera revolución mexicana, de Alfonso Taracena. Hace tres noches me llamó la atención que en dos ocasiones el historiador tabasqueño le cuelgue al muralista José Clemente Orozco (1883-1949), mientras pinta las paredes del Colegio de San Ildefonso, el sambenito de “huertista”, es decir, seguidor o partidario de Victoriano Huerta, quien a mediados de la Decena Trágica se sumó al derrocamiento del presidente Francisco I. Madero, confabulándose con Félix Díaz y Manuel Mondragón.
El miércoles 19 de febrero de 1913 Díaz, sobrino de don Porfirio y el hombre fuerte de la "revolución", impuso en la presidencia interina a Huerta, en el entendido que convocaría a unas elecciones para que las ganara fácilmente. El sábado 22 son asesinados Madero y Pino Suárez. El 21 de junio Orozco le envió una carta al "señor general don Félix Díaz". En su sesgada Autobiografía (1945) no menciona esa rastrera misiva, remitida desde la colonia Del Carmen, en la cual le solicita apoyo económico porque no tiene ni "para adquirir un pinsel [sic]" y dice que por hambre trabajó como caricaturista en El Ahuizote. Sin embargo, semanas después tiene el dinero suficiente para alquilar un diminuto estudio en la desaparecida calle de Illescas. La calle, pletórica de prostitutas según Orozco, le da oportunidad de plasmarlas con sus lúgubres acuarelas y trazos violentos. "Mi estudio era muy frecuentado por las diosas más radiante. Les encantaba verse retratadas en mis pintras y se las llevaban gustosas después de servir de modelos para las mismas", evocaría en sus páginas autobiográficas.

A fines de octubre de 1913 visita su estudio el poeta y periodista cultural José Juan Tablada, recien director del huertista Diario Oficial y nombrado profesor de arte de la Escuela Nacional de Bellas Artes, confirmando que el ex-caricaturista tiene un estudio en su artículo "José Clemente Orozco, un pintor de la mujer", aparecido
el día 13 en las páginas del semanario El Mundo Ilustrado. En el estudio hay un pequeño cuarto con un caballete, una mesa con colores, una cama, un lavabo. En las paredes y en un portafolios estaban los pasteles y las acuarelas, en la cual prevalecían la perversa Claudina y la Circe de los arrabales. ¿Pero quién lo apoyo económicamente para sostener su estudio? No creo que Félix Díaz, ya que para ese mes el presidente Huerta lo había eliminado políticamente a él y a sus partidarios, tras la farsa electoral de octubre, en que obtuvo legalmente la presidencia.
De octubre de 1913 a julio de 1914 Orozco no sólo plasmó escenas candentes de su mísero estudio sino que en interiores de lujosos prostíbulos, algunas de las cuales se pueden ver en la exposición José Clemente Orozco: pintura y verdad, exhibición que inicia abruptamente con una serie de retratos del muralista, como para diluir su afamada etapa antimaderista y su obra prostibularia. ¿Cómo es que Orozco pudo tener acceso a esos prostíbulos? ¿Tuvo a algún mecenas huertista que le invitó continuamente a esas lujuriosas atmósferas para que se inspirara? ¿Fue protector o una víctima de algunas de las pupilas? Todo es un misterio. Hace más de diez años anduve a la búsqueda hemerográfica de algún burdel establecido en la calle de Illescas en las páginas de los periódicos El Imparcial y El Diario pero lamentablemente no encontré ninguna nota. Tan sólo encontré un "forminable escándalo" en un burdel de calle de Cuauhtemotzin, calle muy distante al estudio de Orozco y aún no zona roja de la ciudad de México, y otra sobre las riñas nocturnas en uno establecido en la calle de Magnolia en la colonia Guerrero. Tampoco pude ubicar los expedientes de los burdeles de esos años para saber si había algunos más próximos.

José Clemente Orozco: pintura y verdad [sic]
Del viernes 1 de octubre de 2010 al 16 de enero de 2011.
Antiguo Colegio de San Ildefonso,
Justo Sierra número 16, Centro Histórico de la Ciudad de México.
Martes: entrada gratuita.

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