Con motivo de mi libro México Galante (en la época de Madero, Huerta y los convencionistas) (1999), aún inédito gracias a dictaminadores que consideraban que mis citas hemerográficas eran producto de mi desbordante fantasía, José Luis Cuevas me hizo una serie de retratos para incluirla en la contra-portada. El mejor, donde incluyó una mujer desnuda, ahora anda en Francia. Me quedé con esta tinta perdida entre mis papeles.
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