Ayer y hoy fui a dibujar la estatua ecuestre de Carlos IV, de Manuel Tolsá, conocido popularmente como El Caballito. Con ácido nítrico, al "30 por ciento", los restauradores desollaron la cara del rey español y la cabeza de su caballo, quitándoles su pátina. El martes 24 el Instituto Nacional de Antropología e Historia detuvo el atentado a través de un comunicado. Hoy, en el periódico Milenio, Inti Muñoz defiende al equipo Marina, Restauración de Monumento, porque considera que la estatua no sufrió ningún daño irreversible.
QUE POCA MADRE DEL QUE HIZO ESTA MUTILACION A UN MONUMENTO NACIONAL, DEBE DE SER CASTIGADO.
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