Las célebres y gustadas Tepoznieves tienen su origen, hace más de un siglo, en San Gregorio Atlapulco, último poblado xochimilca antes de entrar a territorio de Milpa Alta. Gracias a una fórmula secreta el negocio inició en 1930 en este pueblo mágico. Ahora venden lo mismo sus nieves en el Distrito Federal que llevan pedidos a Chihuahua. El Papa Juan Pablo II gustaba, obviamente, del "Beso del ángel", mientras que el ex presidente Calderón de la nieve de pistache. De los cuatro establecimientos que hay aquí dos se encuentran en la avenida Revolución de 1910. Su decoración también es muy original.
En la calle Matamoros encontré un hotel-temazcal (a 300 por persona el baño de una hora) que luce murales de Francisco Gómez "Ferraska". Me dice el joven encargado del establecimiento que es inútil que busque en internet información sobre este pintor porque hace poco murió. Firmó en 2006 esta estampa de los "chinelos" y una de San José. Del lado izquierdo se alcanza a ver el temascal (baño de vapor prehipánico que está al centro del hotelito visitado por turistas extranjeros.
En unos descuidados portales, frente a la Parroquia de la Natividad, me topé con otras imágenes alusivas al municipio y a otros "chinelos".
En muros de Tepoztlán se encuentran volantes e impresos que se oponen a la ampliación a la autopista Cuautla-Cuernavaca por esta zona, que ya ha ocasionado congestionamiento vehicular en la parte de Oaxtepec-Casasano.
También me topé con esta pintura en un muro de la calle Matamoros. El gordito es el gobernador Graco Ramírez.
Yo le pediría al ayuntamiento una mejor señalización para salir de Tepoztlán para no perderse en ese estrecho y empedrado laberinto.
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