En la décadas posteriores se podían ver los siguientes telones:

El avión de la Compañía de Mexicana de Aviación S. A., sobrevolando la basílica, recuerda el telón con el Spirit of St. Louis, instalado en Xochimilco en 1927, tensado con estacas. Quien asoma por la ventanilla de su afamado monoplano pintado es el mismo piloto gigantón Charles A. Lindbergh (1902-1974) quien visitó la ciudad de México ese año, después de que en mayo había cruzado en 33 horas el océano Atlántico, de Nueva York a París.
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