EN LA NUEVA JERUSALÉN

"Cuando estaba en el mundo, mi alma no podía descansar. Tenía gustos, me gustaba ir al baile, pero nunca sentí la tranquilidad que siento aquí, en Nueva Jerusalén", me dijo María de Jesús, la vidente de esa congregación religiosa, en una entrevista que publicó en 1982 Carlos Monsiváis en "La cultura en México", suplemento de la revista Siempre!. No pude entrevistar ni a "Papá Nabor", porque estaba enfermo, ni a la anciana Gabina Sánchez, "Mamá Salomé", quien supuestamente fue visitada por la Virgen del Rosario, porque para ese año ya había fallecido. El texto lamentablemente no lo tengo en mi egoteca.

Me imagino que habían escogido a María de Jesús como vidente por el enorme parecido con la Virgen del Rosario -pintada por una monja- que existía en la ermita. Era escoltada por un joven norteamericano. También la acompañaba el ex franciscano anciano Simeón, el segundo del equipo, quien desprendía aún los humos del alchohol, lo mismo que a otro de sus ayudantes. Me invitaron unos tragos cuando nos encaminamos a la loma donde estaba la campana que tañerían para anunciar el fin del mundo. Mi padre tomó fotografías en blanco y negro de la Nueva Jerusalén. En una de éstas estamos todos incluida la "vidette", como la denominó jocosamente Monsiváis.