El área de prensa del Museo Carrillo Gil me envió ayer sábado la invitación para la inauguración de la exposición "La revolución mexicana en el espejo de la caricatura estadunidense", que se llevará a cabo el miécoles 6 de presente mes (para mayor información presionar en la imagen y después acercarmiento).
Adorna la invitación una caricatura de Gil Baird, en la cual se ve a un fiero mexicano sentado sobre una pila de calaveras. No hace falta ser un historiador profesional -o de los que se han aprovechado del centenario del inicio de la revolución maderista- para saber que esa imagen corresponde al año de 1911 y retrata a un fiero zapatista (identificable por su enorme sombrero), con distorsionada y burda vestimenta sureña.
Hacia mediados de 1911, semanas antes de que Francisco I Madero iniciara su anti-revolucionaria presidencia, Emiliano Zapata vuelve a ser noticia en los periódicos de la ciudad de México y es blanco preferido de los caricaturistas. Hay una caricatura mucho mejor que la de Gil Baird y corresponde a la que le publicaron al misterioso caricaturista que se escudó bajo las iniciales RMP en las páginas anti-zapatistas de El Ahuizote.
La obra se titula "Juegos malabares" y se puede consultar en la página 385 de La caricatura como arma política (Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana, 1958; primera edición facsimilar, 2003), de Salvador Pruneda, un libro que por cierto gané al participar en un facilón concurso del programa radiofónico Conversaciones sobre historia, que conduce sábado a sábado el historiador Javier Garcíadiego en el IMER. En julio de 1911 apareció el tétrico pero habilidoso malabarista Zapata, secundado mansamente por el sepulturero Madero, quien le dice:
- Pero qué bien lo hace mi querido Emiliano !
El comentario que hizo Salvador Pruneda a esta imagen es soso, evidente y gris. Tan gris como la reproducción del INEHRM, por lo que reproduzco una imagen que tomé el miércoles 12 de agosto de 2009, semanas en que realizaba una investigación gráfica sobre Zapata.
Hay varias coincidencias entre el cartón de Gil Baird y el de RMP: el enorme sombrero, la bufanda y esa pila de calaveras.
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